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domingo, 21 de enero de 2007

Terminé Vila-Matas y cambio de tercio

Hace unos días terminé de leer Doctor Pasavento, de Vila-Matas. Me lo he pasado muy bien leyéndola, sobre todo porque el verano pasado nos fuimos a París, a su hotel, el Suede, y anduvimos por su calle, la rue Vaneau, por su farmacia y por sus fobias; así que, al leer ahora su obra, he reconocido el paisaje, al menos, el parisino. Una gozada.
Pero ahora he decidido cambiar de tercio. He empezado todo un clásico La marcha Radetzky, de Joseph Roth, que me parece toda una obra de arte, y eso que sólo llevo los dos primeros capítulos. Qué bien escribe Joseph Roth. Me lo recomendó la librera de Cádiz, pero desde que lo hizo he podido leer comentarios sobre él hechos por Vila-Matas, por Stefan Zweig (del que tengo pendiente Erasmo de Rotterdam, a medias) y en los periódicos. Así que lo leo con más ganas todavía. La decadencia austrohúngara en 576 páginas.
También he empezado a leer en francés. Un poco obligada por las clases, pero desde el verano he comprobado que puedo seguir los relatos sin dificultad y sin un diccionario permanente al lado. Puedo leer en el metro. Ese hecho me produce una inmensa alegría. Es un placer leer pequeños relatos, Nulle part de Jazmina Reza, la autora de Arte en el mismo idioma en el que ella los escribe, por ejemplo. También he leído Les âmes grises, de Philippe Claudel, en francés. De este autor lei La nieta del señor Linh, una preciosidad, pero en español. "Les âmes" es de una tristeza infinita, tal vez demasiada.

Aquí no hace frío

El tiempo se ha vuelto loco. En los cinco años que llevamos en Bruselas nunca habíamos vivido un invierno como este. Diez y doce grados por las mañanas cuando otros años no subía el termómetro de los cinco, era necesario llevar bufanda y guantes para no helarse y ya había nevado varias veces. O ya habíamos comprado sal para echar en la entrada de casa y que no quedara el suelo helado. ¿Será verdad que estamos empezando a vislumbrar los efectos del cambio climático? Los árboles comienzan a florecer antes de tiempo. Los animales se pueden volver locos si confunden esta estación con la primavera. Y nosotros, después.