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miércoles, 23 de enero de 2008

La gotera y el fontanero

Tengo una gotera en casa. No es inmensa, es una maldita gota o dos que caen del techo y no siempre, pero a veces nos despierta el plof.............plof...........plof.......... Hemos avisado al propietario de la casa y éste a su vez a un fontanero. El plombier ha llegado a la conclusión de que el problema no es de nuestra casa -podría ser de la cocina que está justo encima, pero no-; el problema debe ser de algún vecino. El fontanero sólo vendrá cuando la gotera haga plof plof, es decir, cuando dé señales de vida. Pero las gotas de agua sólo aparecen por la tarde, seguramente cuando llegan los vecinos del trabajo y abren algún grifo. Entonces, en ese preciso instante, llamo al fontanero para que se acerque y lo vez con sus propios ojos y descubra la causa de la puta gotera, pero para esas horas él ya ha llegado a su casa, o lo que es lo mismo ya ha cerrado el chiringuito, y me pide dejarlo para el día siguiente, por la mañana. Sin embargo, cuando hablamos por la mañana, la gotera se ha secado y me pregunta que para qué va a venir si no va a poder averiguar la causa. Y quedamos para la próxima gota de agua que aparezca en el techo. Y cuando esta vuelve a caer y me apresuro a llamarle, ya es tarde de nuevo y lo deja para mañana. La gotera y el fontanero como el ratón y el gato son un desencuentro total que me tienen frita.

viernes, 18 de enero de 2008

Le fils

He visto Le fils, de los hermanos Dardenne, dos belgas que tienen otra manera de hacer cine. La peli es de hace ya unos años y su protagonista consiguió en Cannes el premio a la mejor interpretación. Es una cinta agobiante de principio a fin. Rodada con una minicámara al estilo de las steadycam, persiguiendo a los protagonistas como si fueran animales, sin ningún resquicio al color, ni a la belleza, ni a la felicidad, ni a la alegría. Es la historia de un hombre, Olivier, que sobrevive en soledad tras la muerte de su hijo. No hay música. Sólo hay silencios que lo dicen todo. Una gota de color, el pelo rojizo de su ex que le anuncia que se vuelve a casar y que está embarazada. Se lo dice el mismo día en que un adolescente, Francis, entra al taller ocupacional del que Olivier es profesor de carpintería. Pero Francis es mucho más que un chico desganoso de la vida, sin interés por lo que le rodea, ausente. Francis es el chico que años atrás asesinó, sin premeditación casi sin querer, al hijo de Olivier, al ir a robar un radiocasete. Y éste, que lo sabe, le sigue, le toma bajo su protección, le estudia, le odia, le trata y le acecha y crea con él un vínculo de supervivencia agotador, dramático y sórdido. Realmente dura la película.

jueves, 17 de enero de 2008

El viajero más lento

Lectura obligatoria. El viajero más lento, de Enrique Vila-Matas (Anagrama). Sí, ya sé, a lo mejor soy un poco pesada, pero es que la realidad es así. Qué bien me lo estoy pasando con estos artículos y ensayos ya publicados en su día y lamentablemente no leídos por mí. Tiene un relato sobre la feria de Francfurt con el que he llorado de la risa. Otro sobre Borges que me ha parecido genial. Una historia sobre un librero de Stuttgart simplemente deliciosa. Por no hablar del sueño con Monterroso y lo que esconde la cartera de Vila-Matas. Y la divertidísima anécdota con Gonzalo Herralde y el consulado chino en "Sólo se debuta una vez". Como de costumbre, ensayo de ir tan lenta como puedo en su lectura como hizo el mismísimo Chuang Tzu, pero no me es tan fácil. Y para los que no entiendan de qué va lo que estoy escribiendo, pues a leer. Creo que va a convertirse en el próximo regalo a mis amigos. Quedáis enterados.

viernes, 11 de enero de 2008

Pepín Bello, Javier Marías y Vila-Matas

Hoy, que me había decidido ya a retomar el mini blog este que me traigo entre manos, cuando iba a explicar porqué engaño a Javier Marías con Enrique Vila Matas, me entero de la muerte de Pepín Bello, que tan intensas emociones me produce. Así que un fuerte beso Pepín donde quiera que estés.