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miércoles, 23 de enero de 2008

La gotera y el fontanero

Tengo una gotera en casa. No es inmensa, es una maldita gota o dos que caen del techo y no siempre, pero a veces nos despierta el plof.............plof...........plof.......... Hemos avisado al propietario de la casa y éste a su vez a un fontanero. El plombier ha llegado a la conclusión de que el problema no es de nuestra casa -podría ser de la cocina que está justo encima, pero no-; el problema debe ser de algún vecino. El fontanero sólo vendrá cuando la gotera haga plof plof, es decir, cuando dé señales de vida. Pero las gotas de agua sólo aparecen por la tarde, seguramente cuando llegan los vecinos del trabajo y abren algún grifo. Entonces, en ese preciso instante, llamo al fontanero para que se acerque y lo vez con sus propios ojos y descubra la causa de la puta gotera, pero para esas horas él ya ha llegado a su casa, o lo que es lo mismo ya ha cerrado el chiringuito, y me pide dejarlo para el día siguiente, por la mañana. Sin embargo, cuando hablamos por la mañana, la gotera se ha secado y me pregunta que para qué va a venir si no va a poder averiguar la causa. Y quedamos para la próxima gota de agua que aparezca en el techo. Y cuando esta vuelve a caer y me apresuro a llamarle, ya es tarde de nuevo y lo deja para mañana. La gotera y el fontanero como el ratón y el gato son un desencuentro total que me tienen frita.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hay blogs, como el de usted, que resplandecen entre le marasmo y el ruido de la red. Es así, y no hay que preocuparse, como pasa con las vidas intensas y anónimas, sabedoras de que el gran secreto no es sino la buena lectura. Adelante.