Etiquetas

martes, 19 de diciembre de 2006

La noche del oráculo

Llevo días sin escribir, pero es que es llegar el mes de diciembre y no tener tiempo para nada. Exámenes míos, de los chicos, regalos de las fiestas, puentes que viene la familia, los amigos, despedidas de año, un horror sólo de pensar las pantagruélicas comidas que se nos avecinan. En el otro lado, con muchas ganas ya de viajar a España y ver a los amigos del alma, amigos.
Así que hoy sólo un par de apuntes:
Uno, estoy leyendo "La noche del oráculo" también de Paul Auster y me está gustando mucho mucho. Una historia dentro de una historia dentro de otra historia. Al principio casi me pierdo, porque lo leo sólo por las noches antes de dormir. Y hay días que tengo que releer lo ya leído porque no sé si estoy en una historia o en otra, pero ahora que ya conozco los personajes, estoy disfrutando de este escritor.
Dos, aquí el otro día, la televisión pública belga (la francófona) se mentó una ficción y creó un informativo diciendo que Flandes se había independizado y que el rey había huido, y eso fue lo mejor, a Kinshasha (creo que se escribe así), vamos a la ex colonia del Congo. Lo curioso de esta televisión pública es que no señalaron que era ficción hasta media hora después del primer comunicado, por lo que dejó al país durante treinta minutos al borde del colapso. Hubo figurantes de la parte flamenca y otros monárquicos manifestándose, pero en ese espacio de tiempo, hubo manifestantes reales que acudieron al lugar, tanto en un caso como en el contrario. Mi profe de francés dice que los francófonos no quieren ni oír hablar de una división del país, en tanto que los flamencos, con los que trabaja su marido, dan por hecho que antes o después se independizarán. Qué complicado es este mundo. Con tantas otras cosas por las que sí que hay verdaderamente que luchar.
Y última, last but not least. Si no escribo hasta después de las fiestas:
Buenas vacaciones para todos y os deseo un 2007 un poquito mejor y en paz!

martes, 12 de diciembre de 2006

Paul Auster

He terminado de leer Brooklyn Follies de Paul Auster y me ha gustado. Sobre todo, me maravilla de qué forma tan aparentemente sencilla suceden las cosas. A veces uno puede pensar lo fácil que debe ser escribir una historia como esta porque nos es muy fácil de leer. Toda la historia, o todas las historias de Auster, transcurren de una manera tan fluida, tan clara, tan lógica que por un momento se puede caer en el error de "qué fácil". Pero es como un rompecabezas perfectamente diseñado. Nada falta, nada sobra. Y eso es lo difícil. Ahora he cogido Cuaderno rojo, también de Auster y con prólogo de Navarro, que se lee en un rato y es una maravilla sobre el azar y sobre lo frágil de nuestra existencia.

lunes, 11 de diciembre de 2006

Qué locura de navidad

Tiendas atestadas de gente que no sabe qué elegir y compra compulsivamente o, al menos, lo parece. Qué locura y qué despilfarro en estas fechas. Qué abismo se abre cada diciembre entre los que se atiborran a consumir y a comilonas y los que no pueden cenar. ¿Con qué cara nos presentamos ante el mundo? A mí me da vergüenza. Yo quiero huir en estas fechas lejos. En fin, será cuestión de llevarlo como buenamente podamos.

jueves, 7 de diciembre de 2006

La audición de piano

He terminado de leer "Bartlery y compañía". Lo hice mientras escuchaba las decididas notas de L'Ariette en Fa majeur que tocaba mi hija Paula en su clase de música con Madame Pilette. Así que hay que imaginarse la escena, porque tenemos la gran suerte de dar la clase, a falta de habitaciones para todos los profesores, en la sala dedicada a los conciertos en la Academia de Música, un edificio de doscientos años llamado el Castle que es una verdadera preciosidad. Allí estaba Paula, tocando en un piano de cola, con su profe belga atenta a las notas, y yo sentada en las primeras filas inmersa en el libro de Vila-Matas. Una gozada.
Al día siguiente se celebró una audición. Numerosos estudiantes, de segundo curso de piano, como Paula, pero también de noveno, como Natalie. Padres atentos, el subdirector de la Academia, que eso siempre impone, y varios profesores. Y en esto comienzan la audición y nombran a Paula para que toque la primera, la invitan a salir con la típica buena educación francesa. Tu veux jouer, Paula? Y Paula que dice que no, que le da vergüenza. Así que fueron pasando otras tres estudiantes antes que ella. Cuando le llegó por fin su turno, o más bien cuando por fin se animó a levantarse, ahí estuvo, a la altura. Interpretación perfecta. Y después, a respirar tranquila.
Mientras escuchábamos a los demás estudiantes, fácil que unos treinta, comprobé que la mayoría, salvo dos o tres adultos, eran jóvenes y que de estos, todos, sin excepción, vestían con vaqueros y zapatillas. Las chicas, con esos vaqueros que se llevan ahora a cadera, con la tripilla y los riñones al aire. Y las zapatillas blancas, deportivas, de colores, de lunares. Todos informales y maravillosamente simpáticos. Si Mozart levantara la cabeza...

lunes, 4 de diciembre de 2006

¿Qué decir?

¿Qué se puede decir cuando te cuentan que tu hija es la alumna que todo profesor quisiera tener o cuando te dicen que tu hijo tiene una madurez extraordinaria y es un alumno muy participativo?
Y, ¿qué se puede decir cuando otra profesora te explica que, aunque el chico no va mal, no se le puede animar, sino que hay que insistir en que puede hacer más, y más y más? Pregunta mucho, dice alguna, demasiado. Y sólo nos queda poner una cara de gran interrogación y preguntarnos si con esas reflexiones los profesores creen que estiman a sus alumnos o más bien todo lo contrario.

domingo, 3 de diciembre de 2006

Qué deprisa va todo

Hace 16 años yo entraba a trabajar al diario El Sol. Todos los periodistas recibimos durante tres meses un cursillo de ordenador. ¡Muchos no sabíamos ni coger el ratón! Por supuesto, no existía Internet y las noticias de agencia nos llegaban a la pantalla a través de lo que entonces se consideró un modernísimo sistema informático, lejos, muy lejos de los telex y teletipos. Por supuesto el e-mail era puroi sueño, pero sí existía un sistema de comunicación entre los diferentes redactores a través del ordenador que nos parecía divertidísimo y que los redactores de a pie utilizábamos para citarnos a comer o a tomar un café.
Era rarísimo quien tenía un ordenador en su casa, salvo los de ilustración y maquetación que iban más "adelantados" que nosotros y nos parecía tan complicado que pensábamos que los ordenadores no se generalizarían hasta que fueran tan sencillos como las televisiones.
Al periódico llegaba siempre el escritor Luis Carandell con su Olivetti bajo el brazo y oías teclear la máquina de escribir y te parecía una anticualla... y sólo habían pasado unos meses desde que tú hicieras lo mismo.
Lo demás ha llegado a una velocidad de vértigo: internet, webcam, messenger, móviles, SMS, vídeo conferencias y demás palabrejas que no sé si llegaré algún día a aprender. ¡Qué deprisa pasa todo!

jueves, 30 de noviembre de 2006

Al azar

Hay blogs concurridísimos, donde los lectores acuden como yo voy todos los días a comprar los periódicos. Uno de ellos, que he encontrado al azar es http://blogs.epi.es/jserna/, todo un señor blog. Luegos están los don blogs, los blogs y los "bl" como el mío que prácticamente ni llegamos a blog. Y hay personas que todos los días no es que tengan ya algo que decir y que contar en la red, es que lo hacen muy bien y son originales en sus ideas y sus reflexiones. Y tienen tiempo. Asombroso.

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Me troncho con Vila-Matas

Supongo que para que un libro te guste además de que esté bien escrito y "Bartleby y compañía" lo está, de que te guste el autor y el tema, debe influir tambi´´en el propio estado de ánimo del que lo lee, la edad a la que se lee la historia, la cultura que se tenga en ese momento en la cabeza, lo que haya leído anteriormente y un largo etcétera. Pues con esta historia de Vila-Matas se han dado todas las condiciones para que me lo esté pasando pipa.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Vuelvo a César Aira

Hace un par de días compré en Punto y coma, la librería española de Bruselas, un nuevo relato de César Aira, "El mago". Esta tarde me lo he llevado a la Academia de Música, pues mientras Paula toca el piano, me gusta dedicar ese rato a leer. Pensaba llevarme a Vila-Matas y su "Bartleby", pero es que intento que no se me termine nunca de tanto como me gusta. Es curioso, supongo que otra gente hace justo lo contrario: no levantarse del sitio hasta terminar el libro. A mí, al menos en este caso, me sucede lo contrario. Cada una de sus notas numeradas me sugiere todo un mundo -desgraciadamente casi siempre desconocido- que me pide reposo para asimilar lo leido. Bueno, pues eso, me encanta este Vila-Matas.
Pero a lo que iba, después de leer "Cumpleaños" y "Cómo me hice monja", tenía ganas de recuperar a Aira y, mira por donde, en la librería tenían un único título suyo, "El mago". Sólo he leido las 13 primeras páginas, pero ya estoy encantada con el relato. Este escritor ve el mundo de otra manera, todo me parece en él original. Sus historias son siempre sorprendentes. Ya os contaré.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Sorpresas

Una anda por la vida con cierta monotonía. Lunes y miércoles, unas clases; martes y jueves, otras; viernes, compra para toda la semana; miércoles, comen los niños en casa. Todo lleva un cierto orden cuando de repente llama el cartero a casa y nos entrega un hermoso paquete que rompe la cotidianeidad. Lo miramos y sonreímos. Javier y Cristina, de nuevo, nos envían desde Madrid cosas. Aplazamos el momento de ver qué habrá dentro hasta que llegan los chicos. Es siempre una sorpresa y poco menos que una fiesta, sobre todo para Paula. Un vestido precioso y una diadema que, a día de hoy, todavía no se ha quitado de la cabeza. Libros siempre interesantes y pensados desde hace tiempo, seguramente desde el verano por cualquier conversación intrascendete pero que quedó guardada en alguna cabeza bien amueblada. Películas que nos unen de año a año. Una gozada.

jueves, 23 de noviembre de 2006

Si esto es un hombre con Frederik Haùgnes

Ayer Guillermo y yo nos fuimos al teatro de Poche. Ponían en escena la obra "Si c'est un Homme" (Si esto es un hombre), de Primo Levi, basada en su famoso y triste libro sobre su supervivencia en Auschwitz. Escenario desnudo y sólo un hombre, el actor Frederik Haùgness (soberbio), que durante 75 minutos ininterrumpidos nos habló con la voz de Primo Levi. A mí me emocionó porque 60 años no son nada y parece mentira que el género humano pueda ser tan perverso. Bueno, no me parece mentira, sólo tengo que leer los periódicos para darme cuenta que no hemos avanzado nada.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Babel

El fin de semana nos acercamos al cine a ver "Babel", del mexicano Alejandro González Iñárritu y Guillermo Arriaga. Extraordinaria. Tres historias que se cruzan donde la incomunicación es la poderosa y dura protagonista, que no deja levantar cabeza ni siquiera para respirar. Es un drama, pero tan posiblemente real y tan especialmente angustioso que te da tiempo durante la película a comprender lo difícil que es entenderse aún hablando el mismo idioma. La recomiendo.

martes, 21 de noviembre de 2006

El señor Pontegnie

Como ejercicio del taller de escritura, he cogido como personaje a un anciano con el que nos cruzamos todas las mañanas para ir al colegio. Le he puesto un nombre, señor Pontegnie, que a su vez es el nombre de uno de los profesores de mi hijo. El hombre siempre nos saluda muy amablemente y a veces pensamos que se va a caer de lo despacito que anda. Suponemos que va a misa, a Saint Michel y que tarda una media hora en cruzar un par de calles. En primavera se planta sus sandalias de dedos y tememos que coja una pulmonía porque aquí la primavera, la verdad, es como un invierno suave pero lluvioso. Pero ahí anda, año tras año, con su bastón, su gabardina y su sombrero. Esta historia del encuentro con el abuelo no tiene nada de cuento, claro, así que he tenido que ir cambiando al personaje poco a poco y al final le he inventado un pasado oscuro de colaboracionista en la segunda guerra mundial. Pobre hombre, si supiera.

lunes, 20 de noviembre de 2006

Kati

Kati es una joven húngara que acude a mi clase de francés. Debe tener unos 20 años y su trenza rubia llega más abajo de donde la espalda pierde su nombre. Casi todas las mañanas, la veo medio dormida en clase, con la cabeza apoyada sobre la mesa. El otro día le pregunté si vivía aquí con su familia. Me dijo que no. En realidad, Kati, que tiene a su madre y hermanos en Budapest y a su padre en Londres, está en Bruselas aprendiendo francés. Para poder vivir en esta ciudad se ha buscado un trabajo que le permite acudir a clase por las mañanas. Se trata de un trabajo de "voluntaria" en una especie de "hogar" donde viven seis discapacitados que son cuidados las 24 horas del día por cinco auxiliares, una de ellas mi compañera Kati. A cambio de un trabajo que no conoce horarios, Kati recibe la manutención y el alojamiento gratis de una organización no gubernamental así como 160 euros al mes. De ese dinero, tiene que justificar 70 euros, bien a través de bono-bus o de tarjetas de teléfono, por ejemplo. Justificantes que se exigen a húngaras o polacas, pero asombrosamente no a alemanas o a inglesas, según me cuenta. Increíble, ¿verdad? Viven en la misma casa discapacitados y auxiliares, con un día de descanso a la semana, un fin de semana al mes. Gracias a que estos hombres acuden a talleres ocupacionales, los jóvenes auxiliares tienen las mañanas libres para acudir a las clases. Kati dice que tiene mucho tiempo libre a lo largo del día aunque tenga que estar cuidándoles y que se dedica a leer. Me imagino su cabeza rubia vagabundeando por esos mundos imaginarios que nos ofrece la lectura mientras su cuerpo permanece sentado en los salones del hogar, cerca de los más necesitados.

Me he pasado a Paul Auster

No es que haya dejado a Vila-Matas, que sigo tratando de no terminar nunca su Bartleby de tanto como me gusta, pero para las noches he cogido ahora "Brooklyn Follies" (Ed. Anagrama) de Auster. Llevo muy poco, pero ya estoy inmersa en Brooklyn, en la librería de Harry Dunkel y en la vida de Tom Wood. Hay que ver la destreza que tienen los buenos escritores para, con sólo unas páginas, con sólo unas líneas, lograr que nos zambullamos en las historias. Es que casi las veo.

lunes, 13 de noviembre de 2006

A vueltas con Bartleby

A Jorge S.
Puede ser que Vila-Matas coquetee con la ocultación y no la practique. Pero, ¡menos mal! Gracias a ello, yo me lo estoy pasando estupendamente con la lectura de "Bartleby...".

Fin de semana en Amsterdam

De nuevo un fin de semana en Amsterdam. donde nos esperaban Rafa, Lucía, Juan, Inés, Sol y Sara. Paseos por los canales, visita al museo Rijks (www.rijksmuseum.nl) que está en restauración, pero aún así merce la pena ver lass obras de Rembrandt o de Veermer. Rápido recorrido por la casa de Rembrandt que más bien parecía una visita al metro, mercado de las Flores, cervecitas en los cafés, cenas donde nos dejábamos caer, visita al Jardín Botánico, donde descubrimos una planta que es capaz de vivir 2.000 años! Todo muy agradable. La verdad es que Amsterdam tiene un encanto especial. Miles de bicicletas circulando por todas partes, edificios maravillosos a las orillas de los canales, preciosísimos en los paseos nocturnos. Mucha vida, mucha gente por las mañanas, por las tardes, por las noches. Mantiene sus farolillos rojos igual que hace treinta años y los más pequeños flipaban con los coffe-shop. Así que un par de días sin escribir. Vuelvo a retomarlo, pero ya mañana.

jueves, 9 de noviembre de 2006

La raison du plus faible

Hoy mi clase ha hecho una salida pedagógica y nos hemos ido bien temprano a un pequeño cine que se encuentra en la Galeria de la Reina, cerca de la Grand Place, a ver un film belga total de un director idem, Lucas Belvaux. Nuestra simpática profe ya nos advirtió que el cine belga es muy social, y tras ver "La raison du plus faible", sólo podemos darle la razón. La película es dura, dura, dura. La historia triste, triste, triste. Pero aún así está salpimentada con toques de humor. Un resumen. Localización: la Lieja postindustrial con grandes empresas que se fueron al garete. Primer personaje: un hombre trabaja en turno de noche en la cervecera Jupiter, un trabajo horrible en una nave gigantesca con unas máquinas atroces que llevan millones de botellas a través de cintas correderas y donde el ruido ensordecedor no nos deja escuchar ni la más mínima conversación. Es ex presidiario y todos los días debe acudir a comisaría para firmar, vive solo y vive solo. Segundo personaje: un joven padre encantador sin trabajo, que limpia la casa, hace la comida, lleva al hijo al colegio y cuida el jardín, mientras su agradable mujer va a trabajar todos los días a una especie de monumental lavandería donde el ruido tampoco deja oír ninguna conversación, un trabajo en cadena alienante. La esposa utiliza una motocicleta para acudir al trabajo, pero esta se estropea un día para siempre. El marido no acepta que su suegro le regale una moto, lo considera una humillación porque él no puede comprarla. Y sufre. Terceros personajes: dos hombres entrados ya en años, uno en silla de ruedas y el otro medio alcohólico, parados forzosos tras cerrar la empresa metalúrgica para la que habían trabajado toda su vida. Son vecinos de un inmueble espantoso de 20 plantas construido sin el más mínimo respeto por el urbanismo, en el que el ascensor está estropeado cada dos por tres para gran enfado del paralítico. Relación entre los personajes: un café de mala muerte al que acuden por las mañanas a pasar el rato, tomarse una cerveza y jugar a las cartas. Un día, los más viejos deciden dar un golpe, robar un millón de euros. Convencen al ex presidiario que accede sólo si el joven padre de la familia queda al margen del atraco. Concluyo: las cosas se tuercen, el padre de familia se entera y decide participar por lo que el expresidiario abandona al grupo. Y no sigo por si alguno la quiere ver. No hay final feliz.
Y a esto quería yo llegar. Me cuenta un profesor que tengo a través de un curso de cuentos en internet (www.fuentetajaliteraria.net) que los cuentos y las historias deberían ser edificantes y ya veo yo que no. Basta ver esta peli o leer "Cómo me hice monja" de César Aira. Y aún así, son historias tan bien contadas y con tanta carga moral que si no te hacen ser mejor persona, sí al menos te emocionan. Y yo creo que eso también vale.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Bartleby y compañía

Voy por la página 46 y estoy disfrutando de verdad con esta obra de Vila-Matas (Quinteto, Anagrama). Es que es divertida, divertida de verdad. O al menos está dentro de mis gustos y sentido del humor. Además, me ha descubierto a muchos escritores que desconozco, pero que me han caído automáticamente simpáticos. Habla, como dije ayer, de los que, por uno u otro motivo, dejaron de escribir o nunca lo hicieron. Y te encuentras de todo, pero todo estupendamente contado. Uno de los personajes que más me han gustado es un tal Felipe Alfau que renunció a la escritura por culpa del inglés (por culpa del trastorno de aprender inglés). Vila-Matas cuenta que Alfau explica: "En cuanto aprendes inglés empiezan las complicaciones. Por mucho que lo intentes, siempre llegas a esta conclusión (...). Se manifiesta haciéndonos sensibles a implicaciones y complejidades en las que jamás habíamos reparado, nos hace soportar el acoso de la filosofía, que, sin un quehacer específico, se entromete en todo y, en el caso de los latinos, les hace perder una de sus características raciales (ya ahora viene lo bueno): el tomarse las cosas como vienen, dejándolas en paz, sin indagar las causas, motivos o fines, sin entrometerse indiscretamente en cuestiones que no son de su incumbencia, y les vuelve no sólo inseguros sino también conscientes de asuntos que no les habían importado hasta entonces". Genial la definición de los latinos, sobre todo cuando estudiamos un idioma como el inglés que es mucho más complicado cuanto más sabes.
Hay muchas otras historias en las que los escritores dejan de escribir. Todas interesantes. Pero el por qué lo hacen me parece que es un tema universal. Si estrapolamos la escritura a otros asuntos, nos encontramos también con gente que decidió dejar de ser madre, o dejar de ser adulto, o dejar de ser lo que en un momento creyó ser.

martes, 7 de noviembre de 2006

Hola de nuevo

Aquí estoy otra vez a pie de tecla. Siento la semana perdida, pero eran días de vacaciones escolares y a Madrid que nos fuimos para ver a la familia y a los buenos amigos, aunque no a todos los que hubiéramos querido. Dicho esto, os diré que César Aira me dejó totalmente traspuesta con su relato de "Cómo me hice monja". Vamos, que el libro consta de tres relatos y no pude seguir leyendo terminado este primero porque necesitaba "digerirlo". Lo recomiendo, pero es extraño y fuerte, así que avisados quedáis.
Y me he vuelto a reconciliar con Vila-Matas. Ahora estoy leyendo en mis viajes en metro -que a este paso se van a convertir en mis viajes por toda la larga y ancha literatura (ya quisiera yo) -, pues estoy leyendo, digo, un librito que se titula "Bartleby y compañía". Una joya. Pero, ¿de dónde ha sacado este hombre el tiempo para conocer tanto tantísimo de tantos otros autores? No es una novela ni un ensayo. En realidad no sé qué es. Pero habla de los escritores que dejaron de serlo y callaron o de los que, pudiendo haber sido, jamás lo fueron, Pepín Bello sin ir más lejos. Tiene algunos otros ejemplos geniales que contaré otro día, mejor dicho, que copiaré otro día, porque ahora no tengo la obra a mano. Me lo estoy pasando pipa leyéndolo y lo que más me gusta es que sólo voy por el principio.
Mi amiga Lavinia ha abierto, desde la fría Oslo, un blog http://lbelli.blogspot.com/index.html Así que ya podéis echarle un ojo.
Ahora me largo a ver si escribo un cuento para un taller internauta en el que me he metido de la librería Fuentetaja y con el que disfruto mucho. Saludos a todos y hoy en especial para María Jesús que está leyendo uno de Pahmuk que me va a dejar en cuanto llegue a Madrid en navidades. Je je je.

martes, 24 de octubre de 2006

César Aira, un descubrimiento

Llegando a la estación de Montgomery he terminado de leer "Cumpleaños" de César Aira, un escritor argentino (1949), con más de treinta obras en su haber. Un descubrimiento al que llego tarde, como casi siempre. Pero qué gozada poder leer ahora sus breves novelas. Tengo a mi lado el que voy a comenzar de inmediato, "Cómo me hice monja". Anda que como me dé ahora por él... Me resulta divertido, culto, extraño, en fin, un tipo que le da la vuelta a las cosas y te alcanza el corazón. Es más, uno de los mejores críticos y más honestos, creo, Ignacio Echevarría, ha dicho de Aira: "el escritor, hoy por hoy, quizá más original y chocante, más excitante y subversivo de la narrativa hispánica". Pues eso.
En "Cumpleaños" cuenta, entre muchas historias, la de un matemático que fue retado en duelo y se pasó toda la noche escribiendo todas sus teorías matemáticas, consciente de que moriría al día siguiente como así fue. Y de ahí, a la novela o a como escribir todo en una sola noche, siempre y cuando te mueras, claro, al día siguiente. Pero muchísimo mejor contado.

lunes, 23 de octubre de 2006

La invitación a café

Hace unos días, al llegar pronto a clase y encontrarme con una compañera, la invité a un café de máquina. Amablemente, declinó la invitación. Dos días después, volví a llegar pronto y me volví a encontrar a la misma compañera. De nuevo la invité a un café de máquina (malísimo por cierto) y de nuevo declinó la invitación. Me contó entonces que estaba en Ramadán. Yo ya sabía que estas fechas son de Ramadán. En la tienda de la esquina de casa, la épicerie, regentada por una encantadora familia marroquí, abundan en estos días los riquísimos dulces a base de almendras, pistacho y otras delicias. Y, cuando le pregunto, su dueño me cuenta los días que faltan para que concluya el ayuno, o que los jóvenes ya no siguen tanto la tradición ("como les pasa a ustedes con la cuaresma", me dice este hombre que vivió varios años en Barcelona). Y a medida que pasan los días, comprueblo a simple vista como adelgaza la mujer del dueño ("pero debería luego mantenerme", me comenta riéndose cuando se lo hago notar).
Mi compañera de clase se llama Zineb y es una algeriana de mediana edad, culta y que habla muy bien francés. Me cuenta que al ayuno se acostumbra uno desde pequeño y que no cuesta tanto como nos pensamos los que jamás hemos probado tal sacrificio. A lo mejor un día lo intento, pero treinta.... Puf.

sábado, 21 de octubre de 2006

Helsinki, qué lejos

De repente, Finlandia me pareció que estaba más allá de la Luna. La causa, la huelga de fin de semana de la compañía Finnair. Alfonso allí. Vuelos cancelados. ¿Cómo llegar a casa desde esa capital de nombre tan atractivo? Tras interminables minutos escuchando que "todas nuestras líneas están ocupadas, le atenderemos a la mayor brevedad" en francés, inglés, incluso a la desesperada, en finlandés, encontramos por fin un vuelo para el domingo, o sea, un día después del previsto, con el que conseguiría llegar a Bruselas. Eso sí, con un recorrido por toda Europa, a saber: Helsinki-Estocolmo (Suecia), Estocolmo-Edimburgo (Inglaterra) y Edimburgo-Bruselas por fin. Salida a las 16 horas de la tarde, creo, y llegada a las 22,30. No me pareció mucho para el recorrido. Menos mal que terminó la huelga y recompusimos el billete. Voló hoy sábado directo Helsinki-Bruselas en el vuelo previsto en un principio. Gracias a este invento de internet sabemos que ya ha aterrizado. Le estamos esperando de un momento a otro.

viernes, 20 de octubre de 2006

Me acuerdo

Me acuerdo del coche deportivo de juguete blanco que siempre guardaba como si fuera un tesoro en la casa de doctor Esquerdo. También me acuerdo de una cámara de fotos diminuta medio estropeada, supongo que sería de mi padre, que tenía escondida junto con el descapotable y con la que jugaba a hacer fotos absurdas. Me acuerdo de la moqueta verde de la habitación y de la ventana, aunque no recuerdo si ésta daba a una pequeña terraza que había en la parte trasera de la casa. Recuerdo la litera que se plegaba contra la pared. Recuerdo que en la habitación no había ninguna mesa de estudio como ahora tienen los niños, creo que tampoco había ninguna silla. Recuerdo que había un salón a la entrada que había sido reconvertido en habitación para mi hermano. Seguía luego un pasillo, con dos habitaciones a la derecha, la de Tere y mi abuela, y la de mis padres. Más allá el comedor. A la izquierda la habitación de mis hermanas mayores y la nuestra, la de mi gemela y mía; el cuarto de baño, otro aseo minúsculo y la cocina, con una estufa de carbón, que daba a una terracita pequeña. Al final del pasillo había un armario, estrecho y profundo, objeto de juegos como el escondite.
Recuerdo ir al colegio en el autobús número 10 y cómo el revisor daba vueltas a una manivela en un aparato por el que aparecían los billetes en un papel muy suave. A veces nos llevaba mi padre en coche, un escarabajo primero, un 1.500 después, y me acuerdo el día en que vimos el coche, lo aparcaba en una calle lateral, con cuatro piedras en lugar de cuatro ruedas. Recuerdo que mi padre exigía que lleváramos las uñas limpias al colegio. Recuerdo a mi madre llegar cargada de la compra. No sé a qué mercado acudía a comprar, pero sí que volvía en metro. La recuerdo también quedándose medio dormida sentada sobre el radiador del comedor y con los brazos apoyados sobre la tele en blanco y negro. Y me acuerdo también de los piropos que le lanzaban los soldados de un cuartel cercano. Me acuerdo de salir al campo los domingos. Ha llovido desde entonces.

miércoles, 18 de octubre de 2006

Tirando, tirando

Acude a mi clase de francés una chica colombiana. Es alta, vital, simpática, divertida. Hoy, mientras bajábamos a tomar un café en el descanso, me ha anunciado que está embarazada. Primera en saberlo. Parecía muy contenta. Lo mejor es que su chico todavía no lo sabe, no por nada especial sino porque quiere darle una sopresa y, claro, ayer por la noche se hizo la prueba y no quiso decírselo entonces. Así que me la imagino preparando una cenita especial esta noche. En realidad ella quería haberle dado la sorpresa el día de su cumpleaños, el pasado 6 de octubre, pero los embarazos es lo que tienen, llegan cuando llegan.
Mientras tomábamos el café hemos hablado un poco de su vida. Acude a la iglesia a pesar de que es una chica que parece de lo más normal (en fin, no tomarlo a mal, es sólo una broma). La anécdota es que nos contaba que en la iglesia suele encontrarse con una española de lo más simpatico y amable y, el otro día, al preguntarla qué tal estaba, nuestra española le respondió: "pues tirando tirando" y nuestra colombiana se pasó toda la misa a punto de estallar de risa porque allá, en su país, "tirando" es literalmente "jodiendo" y la equivocación en el lugar en el que se dio fue de chiste. El lenguaje, en fin, siempre tan divertido. Y tan rico.

martes, 17 de octubre de 2006

Examinando a la profesora

Hoy en la clase hemos tenido una visita muy especial. Ha llegado la directora del centro y se ha sentado en la última fila, lápiz en mano, foleos blancos sobre la mesa. "Una nueva estudiante", he exclamado yo en voz alta para romper el silencio de la clase. Me ha seguido la broma, pero ha permanecido las tres horas atenta a su cometido, que no era otro que el de examinar a nuestra aún inexperta profesora. Pobrecilla. A medida que avanzaba la clase, la veía sufrir, ponerse nerviosa, no dar bien con las respuestas a las preguntas gramaticales que le hacíamos. Miraba a veces de soslayo a su examinadora, rebuscaba en su cuaderno, nos movía de sitio para practicar la conversación y aparentar tener una clase ágil, en movimiento. Un trago.
Y otra cosa: me encanta saber que de vez en cuando alguien sigue este blog y le sirve aunque sea para esbozar una sonrisa. Por tanto, me comprometo a no dejar pasar ni dos días sin escribir.

Sobre César Aira

Terminé de leer los cuentos de Monterroso, qué placer, qué bien escribe, de qué forma tan sencilla muestra los sentimientos. Ahora he cogido uno, "Cumpleaños", de César Aira, recomendación de una buena librera de Cádiz. Acabo de empezar, pero ya en el primer capítulo dice una cosa que me ha llegado al alma. Habla del día de su cumpleaños. Cumple 50. Y de sopetón, dice: " A mi edad no puedo ver sino con espanto las eternidades de tiempo perdido en mi juventud. La falta de método, los desvíos caprichosos, las esperas de nada. Las horas desperdiciadas, los días, los años, las décadas."
Puf, leo esto y me acuerdo de los ratos que pierdo haciendo crucigramas, viendo cualquier tontería en la tele -aunque aquí, la verdad, prácticamente sólo vemos los informativos- en fin, perdiendo el tiempo. Si lo contabilizara como este autor argentino, me saldrían días, quizás años perdidos a lo tonto. Me agobia un poco vivir sin ton ni son.

martes, 10 de octubre de 2006

El vagón del metro

En un vagón de metro belga de cuatro puertas cabemos unas 120 personas como sardinas en lata, entre las sentadas y las que van de pie. Está así indicado en cada cabecera de vagón. Cuando viajo en metro, a primera hora de la mañana, es fácil que convivamos durante unos minutos cerca de cien personas pegadas unas a otras, hombro con hombro, cabeza con cabeza, en ocasiones más cerca de lo que nunca estaremos ni con nuestros mejores amigos.
Somos corteses, nos sonreímos, dejamos pasar a los que van a salir, hacemos un hueco a los que entran, leemos el periódico del que está a nuestro lado, echamos un vistazo al libro que lee el de más allá. Observamos los pendientes de la de enfrente, la corbata del otro, el pañuelo, la bufanda el gorro que no se quita el que va pegado a la puerta; vemos las uñas sucias del vecino, las impecablemente limpias y pintadas de la joven estudiante; escuchamos la música que a todo volumen suena a través de los auriculares del que está a un metro de distancia, participamos en el sudoku que hace el que está sentado; reímos las gracias al bebé que va en la sillita, observamos el peinado afro de la de más allá; atendemos a las canciones de los que se buscan así la vida o las peticiones de ayuda de los que ya no buscan nada; de vez en cuando olemos alguna agradable fragancia, escuchamos las risas de los adolescentes; participamos de la conversación telefónica del funcionario de turno, nos sentimos condescendientes con el bostezo infinito de la trabajadora que vuelve a casa y cómplices con el beso furtivo ante la parada que separa a una pareja; nos estudiamos, nos miramos y si en un momento dado se cruzan las miradas, sonreímos
y cambiamos de posición. Todo ello enriquecido aquí en Bruselas con gente de distintas nacionalidades, etnias y condición. Y llegados a este punto, yo me pregunto: si en una lata de sardinas como queda dicho que es el vagón del metro a las 8 de la mañana, sobrevivimos con tantísima educación y respeto, ¿no podríamos hacer lo mismo en el pueblo, la ciudad, el país, el mundo que, al fin y al cabo, tampoco es tan grande?

lunes, 9 de octubre de 2006

El gato es una gata y se llama Valentine

El gato blanco que veo pasear desde mi ventana por lo alto del muro no es un gato sino una gata y se llama Valentine. Hoy nos han llamado los trabajadores de la oficina de al lado, que tienen a la gatita en regimen de acogida, para pedirnos pasar a nuestro jardín porque la tal Valentine no era capaz de cruzar la tapia que separa una casa de la otra. Y entonces una mujer de mediana edad, alta y guapa, con su traje de chaqueta gris y sus zapatos de tacón, se ha subido por la escalera al muro de tres metros. Y mientras sus compañeros la jaleaban y le hacían fotos para la posteridad, ha recorrido unos metros a gatas, ha conseguido coger a la gatita y se la ha llevado a su jardín, bajo los aplausos del respetable y la divertida expresión, me imagino, de Alfonso.

miércoles, 4 de octubre de 2006

Kurda de Siria

Tengo una compañera en clase que se llama Manal. Es siria. Y también kurda. Miro el diccionario que lleva y es un francés-árabe. No aprendió kurdo en el colegio. En su país como en Irak, Turquía o Irán está prohibido ese idioma. Se habla en casa, en la familia, así que ella no conoce bien el kurdo escrito, sólo el oral, el que pasa de padres a hijos y se sigue manteniendo desde hace tantísimos años, a pesar de las prohibiciones.

lunes, 2 de octubre de 2006

Qué genio Monterroso

Ojo! No he abandonado a Vila-Matas, sólo que a él lo dejo para la noche. En el metro intento leer cosas más breves, así que suelo escoger cuentos o relatos. Otra vez estoy con Monterroso. Me parece genial.
A algunos les parece que leo bastante, pero no es verdad. Minutos de transporte público, minutos de espera en la Academia de Música y minutos por la noche antes de dormir. A lo sumo, una hora diaria. A mí me parece poco porque, además, sí que solemos ir a las librerías y... Hay tanto que nos gustaría leer que acabamos comprando más de lo que somos capaces de digerir. Así que por ahí tengo alguna cosilla más de Zweig, los relatos de Tolstói; La marcha Radetzky, de Joseph Roth (la estupenda librera de Cádiz me dijo que se alegraba mucho de conocer a alguien que no lo hubiera leído y poderlo recomendar, además de que le daba envidia de lo bien que me lo iba a pasar con su lectura); algo más de Coetzee; las biografía de Gil de Biedma, de Cernuda, de Camus, de Ortega y Gasset (la de Gregorio Morán) ; Verdes valles, colinas rojas, de Pinilla o las crónicas de guerra de Grossman. En fin y más y más. Además de alguno de Almudena Grandes, de Joaquín Leguina el último (que utiliza a un amigo nuestro para uno de sus personajes) y de Rosa Regás.
Total, todo esto a cuento de que he tomado la decisión de dejar de leer los periódicos o, al menos, no leerlos en la misma forma que hasta ahora. Seguiremos.

jueves, 28 de septiembre de 2006

Vuelvo con Vila-Matas y el optimismo

Estoy encantada con Vila-Matas. He superado el Mal de Montano y ahora me encuentro en el "Diccionario del tímido amor a la vida" y estoy verdaderamente fascinada ante el autor. Qué cabeza tan bien amueblada. Châpeau!
Tengo un amigo que, cada vez que le escribo con pesimismo sobre este mundo que a veces me parece tan horrible, me recuerda que, hoy en día, hay muchas menos guerras que hace dos, cuatro o siete siglos. Que la gente vive mejor y con más oportunidades a pesar de todo lo que vemos, oímos y leemos y que tal vez sea precisamente esa costumbre que tenemos unos cuantos de intentar estar lo más informados posible lo que nos hace ver sólo una parte de la realidad con la que nos bombardean. Así que pensar que un tercio de la población del mundo está mejorando en todos los niveles, que Sudamérica es "una balsa de aceite comparado con unas cuantas décadas", que Asia está en marcha, pues me anima, la verdad.
Así que, animada como estoy, veo que otra parte del mundo se dedica a sus cosas con mayor o menor fortuna, pero lejos del "ruido político". Y vuelvo de nuevo a sorprenderme ante la capacidad humana para progresar. Ayer, creo, han realizado la primera operación humana en situación de ingravidez. Dentro de un avión Airbus. Todos flotando menos el enfermo, al que se le extirpó un quiste del brazo. La verdad, podrían haber buscado una operación quirúrgica más poética, pero tanto da. Así que, en nada veremos quirófanos en la Luna o en las estaciones espaciales. La ciencia ficción al día.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

Ideas para hacerse rico

Andaba yo leyendo los periódicos esta mañana y, como me gusta mirar hasta los anuncios, me he encontrado con uno que me ha dejado atónita. Es de una tal Clínica Kenson que dice: "Empieza a tener ideas que pueden hacerte rico". Ya sólo eso es sospechoso. En fin, el dr. Sorensen de la Peña dice: "Despertar las neuronas a la gente en Kenson es más gratificante que trasplantar un riñón". Patético. Y más abajo: "Muchos cantantes melódicos consiguieron abanodonar sus carreras gracias a este fabuloso método". Esto lo tuve que leer dos veces. Y termina: "Y además sólo esta semana APROVECHA NUESTRA OFERTA. Neuroactívate el hemisferio derecho del cerebro y te regalamos el izquierdo". Hasta aquí hemos llegado. Ya me entró la risa.
Total, ¿verdad?
En el anuncio de El Pais (www.elpais.es) no lo dice claramente aunque incçdica la página web, pero en Internet, sí. Se trata de un divertidísimo concurso de publicidad en prensa(www.notodopublifest.com) para varias marcas como Aldeas Infantiles, Ford o la Asociación de Editores Españoles, entre otros. Para participar, supongo que sólo tienes que ser ingenioso y original. Con premios y demás. Bueno, viendo el periódico, os aseguro que ha sido lo más simpático que me he encontrado en sus páginas. Y por primera vez, la publicidad ha conseguido su propósito. Hasta otra.

martes, 26 de septiembre de 2006

Vila-Matas

Vila-Matas me tiene desconcertada. Me gusta muchísimo cómo escribe, pero me es muy difícil de entender y, en ocasiones, de seguir. Debe ser que yo sí que padezco todavía una grandísima incultura literaria. Pero ahí estoy, siguiéndole todos los días. Continuará.

lunes, 25 de septiembre de 2006

Nuevas lecturas

Terminé "Los detectives salvajes" de Bolaño. Me ha gustado muchísimo. Qué tipo más original y más interesante que debió ser Bolaño. Qué lástima que no pueda seguir maravillándonos con nuevas obras. Ahora leo "El mal de Montano", de Enrique Vila-Matas, otro escritor inquietante y del que quiero leer "Suicidios ejemplares" que no encuentro por ninguna parte. También tengo a medias un estudio de Stefan Zweig sobre Erasmo de Rotterdam. En cuanto lo termine, me voy a visitar su casa, aquí en la Belgique. Para los viajes en metro llevo "Cuentos" de Monterroso, cómo me gusta también el condenado!!!!

sábado, 23 de septiembre de 2006

Una de esquelas

Desde siempre me han llamado la atención las esquelas de los periódicos. Ese último adiós en el que a veces quedamos reflejados. Por serios (el Excmo. Sr. Don Fulanito de tal...) , por sentimentales (gracias por tu cariño...), por imparciales (su esposa, hijos, hijas políticas, nietos y demás familia), por defender determinados principios (con cruz, sin cruz, ruegan una oración por su alma o siempre estarás con nosotros...). Por esta absurda afición, me enteré hace muchos años de la muerte de Juanchi, mi amigo de la infancia; de la de María Luisa, mi mejor amiga del colegio; de la del hermano de Juan Antonio, otro buen amigo de mi adolescencia. Por la misma causa, supongo, hubo otros que se enteraron de la muerte de mi hermano Jesús y me telefonearon para recordar experiencias vividas juntos.
Aquí en Bruselas, se ven reflejadas las diferentes religiones y creencias de los difuntos. Así se distinguen las esquelas de los católicos, de los judíos, de los laicos, o de los que pertenecieron a la masonería. También me llama la atención las numerosas peticiones de los muertos para que los amigos no gasten su dinero ni en flores ni en coronas y lo donen, en su caso, a Fundaciones de lucha contra enfermedades, organizaciones no gubernamentales, asociaciones caritativas o al hospital donde el difunto pasó sus últimos tiempos. No están permitidas las esquelas de personas que colaboraron con los nazis (todavía recuerdo la enorme petición de disculpas a tres columnas en la tercera página de "Le Soir" por haber incluido, por error, una esquela de un alto colaborador próximo al belga León Degrelle -condenado a muerte por nazi y refugiado en España bajo la protección de Franco-).
En nuestro país, gracias a la recuperación de la Memoria Histórica, están proliferando ahora las esquelas en donde se recuerda a los asesinados, fusilados y desaparecidos por los golpistas. Decenas de esquelas que, supongo, responden a un movimiento dirigido con este motivo. Algunas llenas de rencor (lógico), pero otras de una belleza poética digna de su lectura. Así, la de Agustín Pérez Rodríguez, brigada de los carabineros del puesto de Caldelas de Tuy, Pontevedra, que dice: "fusilado por los golpistas el 16 de septiembre de 1936, junto con 10 compañeros del Cuerpo, por defender la legalidad democrática republicana, comandando la resistencia de Tuy desde A Peña da Moura". Y añade: "...reivindicad mi nombre cuando las circunstancias lo permitan, pero siempre por la justicia, no por la violencia..." (carta de despedida a su familia). Y termina: "Tu nieto, Agustín Benito Martínez Pérez, su esposa, tus bisnietos, se enorgullecen de tu ejemplo y honradez". Hay muchas que incluyen a varios familiares (Fulgencio Montero Escudero y Constantino Cortés Romo, hermanos políticos que fallecieron "asesinados por la horda mora del ejército franquista el día 7 de octubre de 1936, en Almorox -Toledo-, en presencia de sus esposas e hijos), o a varios vecinos (Tomás Rodríguez Vigil, dentista de 23 años, al que acompañaron en tan terrible trance Manuel Torrinche Ortiz, de 46 años, zapatero, y Joaquín Fernández Sierra, electricista de 56, fusilados a las 12,30 horas del día 1 de agosto de 1936. Su muerte -se añade en la esquela- precedió en Algeciras a una horrible masacre de más de 300 republicanos de todas las condiciones sociales e ideologías).
Luego hay otras esquelas que dan que pensar. Por ejemplo, lo normal es una esquela de la familia. Si el finado es hombre importante, dos esquelas (una de la familia y otra de la empresa); si es muy importante pues más (dependiendo de las empresas donde haya trabajado), pero la familiar suele ser única (todos como una piña entorno al difunto). Pues bien, a veces te encuentras con casos curiosos. Así el pasado sábado vi cuatro esquelas dedicadas al mismo hombre, todas ellas de miembros de su familia. Tres hijas, tres esquelas. Y una más de la mujer. Todas ellas muy personales y cariñosas, también hay que decirlo. Y entonces yo me pregunto, ¿estará enfadada la familia y cada uno ha tirado por su cuenta?, ¿o es un alarde de poderío, un "y yo más"? Incógnita.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Nuevos compañeros de clase

Como los niños, ya he comenzado de nuevo las clases de francés. Muchos nos conocemos de otros años, como Remo, Anetta, Simona, Liette o Stephanie, pero hay otros nuevos. Una chica algeriana cuyo nombre no recuerdo ahora y más italianos, polacas y griegas. Qué rapidez tienen los jóvenes polacos para aprender el idioma. Como me he apuntado también al curso de français écrit, he descubierto que en la clase, en el nivel 2, tengo a dos compañeras que son... BELGAS. Sí, sí, belgas, y no flamencas sino francófocas, y no mayores que no pudieron ir a la escuela en su niñez. No, una de ellas tiene 23 años y la otra debe ser incluso más joven. Sorprendente, ¿verdad? Así que es verdad que el francés no es un idioma fácil. En fin, en esta clase todo el mundo habla esta bella lengua mil veces mejor que yo, vamos, que parecen belgas todos. Hay otra española que lleva 20 años viviendo aquí. Un señor marroquí muy divertido que idem de idem. También, sorprendentemente, hay un chico inglés, Derek se llama, salvo que ése anda a la par que yo.
En otras clases también veo caras conocidas. Mi amigo Pavel, de Praga, tan simpático como siempre y, cómo no, mi amiga Elisa, tan sevillana, tan buena gente, tan sensible, tan directa y tan jesperiana y astridana, que hoy me ha prestado su teléfono para poder despedirme de mi chico, que se iba a Finlandia.
Lo más divertido hasta el momento fue la experiencia que nos contó ayer el italiano Remo, hablando de los trabajos en cadena. Pues bien, siendo más joven, buscó un curro en una gran pastelería que se fabricaba sus productos en cadena. Su trabajo consistía en observar los grandes pasteles que pasaban a considerable velocidad por una cinta transportadora hacia otro departamento y retirar aquellos que viera defectuosos. La cosa parecía fácil. Yo me lo imagino, con lo responsable que es, todo atento mirando los pasteles correr por la cinta. Así una hora. Ninguno defectuoso. A la segunda hora andaba ya un poco más relajado. Ninguno defectuoso. A la tercera hora comenzó a desesperarse, a echarse hacia atrás en el asiento, a inquietarse. Todos los dulces perfectos. La cuarta hora la pasó aburrido como un mono y, supongo, elucubrando sobre "quienes somos, de donde venimos y a dónde vamos". No retiró ni un sólo pastel. Duró en el trabajo cuatro días.

lunes, 18 de septiembre de 2006

Día sin coches

Verdaderamente, en Bruselas funciona el Día sin Coches, que se celebró ayer domingo. Salvo autobuses, taxis y algún que otro particular, miles de bicicletas y patines invadieron las calles de la ciudad. Era muy agradable ver las principales arterias, generalmente atestadas de coches, limpias de ruido y de humos. Bicicletas para arriba, bicicletas para abajo. Nosotros nos alquilamos dos bicis y salimos los cuatro a dar una vuelta. Una vuelta desde Montgomery, subida por la rue de la Loi, rodeo al Parque de Bruxelles y bajada por la rue Beillard. Paradita para una cerveza en una terraza al aire libre y seguir por el Boulevard Saint Michel, Bron de Castro, avenue des Frères hasta el parque Van Woluwe y vuelta cuesta arriba hasta Montgomery. Hasta la gente me parecía más feliz. Claro que el buen tiempo también acompañó.

viernes, 15 de septiembre de 2006

Piropo

Vuelvo de comprar el pan y los periódicos. Son cerca de las 7,3o de la mañana. Al doblar una calle, observo el edificio en construcción. He visto cómo se ha construido día a día. Ya casi está terminado. En la terraza del segundo piso, sin ventanas toidavía, un par de obreros miran a la calle. Me descubren y me miran sin apartar la vista. Sigo caminando. Sospecho que van a decir algo. En una milésima de segundo vienen a mi cabeza los piropos madrileños, que oía cuando iba de la mano de mi madre y luego mucho más tarde, algunos muy graciosos pero muchos de ellos de dudoso gusto tipo "¡tía buenaaaa!". Burradas o no que no te quedaba más remedio que oír y tragar pues a ver quién era la guapa que respondía a los improperios jaleados en grupito para mayores risas del personal. Me voy acercando al balcón de los obreros. Siguen mirando, han parado de trabajar. Ya está. Efectivamente, uno de los obreros apoya las manos en la barandilla, se dirige a mí, abre la boca y me suelta: "Ça va, madame?". Y yo me oigo decir "ça va, ça va, bonjour". Glups!!!!!!!!!

jueves, 14 de septiembre de 2006

Fuera contaminantes

Cuando leo la historia de Europa, de la segunda guerra mundial, de cómo se llegó a ella, muchas veces me he preguntado: pero, ¿cómo pudo estar la gente tan engañada?, ¿cómo pudieron votar a Hitler, por ejemplo y seguir sus arengas confiando en él? Porque fueron muchos, muchísimos. La explicación la he achacado a veces a la falta de comunicación que existía entonces, entre otros múltiples y complejos factores. Precisamente, los dictadores de todo tipo se hacen con la prensa, radio y televisión en cuanto pueden. ¿Se dejaron engañar los ciudadanos de forma consciente? ¿O ni se dieron cuenta de ello en aquellos precisos momentos?
Viene esto al caso del 11-M madrileño que tanto nos duele. Para mi es inexplicable que personas de la profesionalidad de Victoria Prego, subdirectora de El Mundo, puedan sentirse heridas de que otro periódico, El País, les haya contestado por una vez con su misma moneda. Hoy por la mañana se daba una tertulia televisiva a cuenta de un debate en el Congreso celebrado el día anterior con este motivo, el 11-M, las dudas (?) que el PP tiene sobre la autoría, lo que dicen los periódicos.... Eso es. Lo que dice El Mundo. No sé cuántas páginas, pero sí sé la prioridad dada, a cinco columnas las declaraciones de un imputado, un indeseable llamado Suárez Trashorras, el que robó los explosivos que provocaron 191 muertos y 1.500 heridos. Habla de no sé qué conspiración o golpe de estado, según veo en la tele.
Pues bien, el tipo en cuestión, según Victoria Prego, no merece la más mínima credibilidad, al que no se le puede hacer caso patatín y patatán. En fin...., eso, ¿cómo se come con una entrevista a cinco columnnas? Por favor, a eso yo lo llamo inmoralidad porque está claro que es el periódico el que decide que personajes merecen qué espacio, dependiendo de la importancia del tema, de su fiabilidad y su trayectoria. Por eso, en cultura por ejemplo, se le dan cinco columnas (o cuatro) a las declaraciones de Vargas Llosa o Saramago y cero pelotero a lo que piense Ana Amador que no la conoce ni dios.
Y llegados hasta aquí, me vuelvo a preguntar, ¿cuántos españolitos se estarán tragando toda esta farsa que se han montado entre un periódico -que es incapaz de admitir los errores de su director-, una radio hiriente -que aplaude y paga la iglesia católica y cuyo único objetivo parece ser la confrontación y el odio-, y un partido de la oposición esquizofrénico y paranoico cuyos máximos dirigentes siguen siendo hoy idem en vez de estar en la cárcel o por lo menos en el retirados de todo protagonismo por haber intentado engañar a los ciudadanos con mentiras aún a sabiendas de ello?
Termino. Decepción viendo a la periodista Prego tan defensora de su causa. Y me corroboro en mi decisión tomada hace unos meses de no volver a comprar El Mundo nunca más. Y eso que en su redacción sobreviven buenos amigos míos que escriben bien. Pero lo mío es prescripción facultativa por una vida más sana. Fuera contaminantes!

martes, 12 de septiembre de 2006

A propósito de "ruedespetitspas"

Vaya por delante que no es mi intención hacer psicología expres. Pero, en mi opinión, los belgas, en general, y sus medios de comunicación en particular, son muy sensibles a temas como la intolerancia y el racismo (sí, ya sé que abundan también los grupos de la más radical extrema derecha, grupúsculos al fin y al cabo). En las comunas en las que está dividida la capital de Bruselas es fácil encontrar fiestas para la convivencia hechas con muy pocos medios pero con la ayuda de la Administración local y en las que se suelen volcar los vecinos (menos los europeos que vivimos aquí tipo eurofuncionarios, trabajadores de lobbies y satélites, que pasamos olímpicamente de las actividades del barrio a no ser que sea algo tipo "Día sin coches", por cierto que se celebrará el próxiumo domingo).
Cuando sucede un acto racista, en fin y me vienen a la memoria por lo menos dos en el último año con consecuencia de muerte, las manifestaciones aquí son multitudinarias y los diarios como Le Soir se pasan días y días publicando artículos de todo tipo donde se preguntan qué se hizo mal para que llegara a ocurrir tal o cual suceso.
Pues bien, esto viene al caso de un hecho que me ha llamado la atención por su aparente simplicidad y oportunidad. Un grupo de periodistas, ayudados por una agencia de comunicación y patrocinados por varias empresas han puesto en marcha, contra la violencia, la intolerancia y el racismo, una iniciativa que consiste en buscar, entre nuestros vecinos, personas que apunten precisamente en el sentido contrario sin necesidad de ser conocidas. Han decidido, si no lo he entendido mal, emitir no sé con qué periodicidad, en las televisiones belgas, un pequeño spot de varios minutos de duración con la historia de la persona en cuestión que hace algo especial por los demás, por la no violencia o por la tolerancia. Una guinda positiva entre tanto horror. La página web es www.ruedespetitspas.be y merece la pena echarle un vistazo.

domingo, 10 de septiembre de 2006

viernes, 8 de septiembre de 2006

La baba de caracol

Como hace más de un mes que no veo la televisión, ayer, de vuelta a casa, me quedé pasmada contemplando TVE Canal Internacional. Se trataba de un anuncio (yo tenía entendido que no había anuncios en el canal internacional, pero se ve que de un tiempo a esta parte la cosa está cambiando). Pues bien, el anuncio en cuestión, de larga duración, vendía "estracto de baba de caracol", que contiene por lo visto ácido glicólico y alantoína. No me digan qué demonios son estas dos últimas porque no tengo ni idea. Estracto de baba de caracol. Tiene narices la cosa. Lo primero que pensé era que se trataba de una "tomadura de pelo" del estilo del "crecepelos" famoso o del "elixir de la juventud" que vendían los cuentistas por los pueblos.
Pero mira tú que me voy a internet y escribo en el buscador de Google "ácido glicólico + caracoles" y me salen 17.400 entradas. ¡Toma ya! Menudo peligro tiene Internet. Por cierto, una de esas entradas es de un chat de El Mundo en el que un tal doctor Jesús Borbujo, del Hospital de Fuenlabrada de Madrid, desaconseja su uso a concentraciones altas. Dicho queda. País.

jueves, 7 de septiembre de 2006

Escena costumbrista

Domingo, 30 de junio. Vuelo Madrid-Bruselas. Viajan delante nuestro una madre y sus dos hijos separados por el pasillo. Antes de despegar, la madre, a grito pelado, pregunta a sus vástagos.
- A ver, chicos, en las vacaciones de octubre, ¿qué queréis hacer? ¿Qué os apetece más, ir a España o a una playa, no sé, a Grecia, por ejemplo? ¿Os gustaría ir a Grecia?
Los niños miran a su madre y no contestan o dicen que les da igual, qué más da. Qué maleducados, no contestar a la consulta que vocea su madre. Pero la mujer, que se ha estudiado de pe a pa el libro "Como ser buena madre en 2o páginas", erre que erre, tozuda ella, insiste.
- Es que si queréis ir a Grecia es muy bonito. O si no a otro sitio.
Creo que también mencionó Egipto, eso sí, a grito pelado. Al menos las dos o tres filas de alrededor nos enteramos de las ganas que tenía la madre de que todos supiéramos cuánto y qué bien organizada está su familia, lo acomodada que es, los sitios tan bonitos que visita en cualquier puente del año y el interés tan educativo que muestra por conocer la opinión de sus hijos. Por cierto, los niños tendrían unos 6 y 4 años.
Patético. Y lo más penoso de todo es que esa madre gritona y chula iba leyendo El País. ¿No se le podría "pegar" algo?

miércoles, 6 de septiembre de 2006

Por fin encontré mi nombre

Hola de nuevo. La idea era haber vuelto el 1 de septiembre, pero no pudo ser. La razón, de las tontas, tontas. No recordaba cómo entrar, es decir, recordaba la contraseña, pero no el nombre. De nota, ¿eh?
Bueno, multitud de cosas. Primera, gran disgusto tras conocer que mi querido Plutón ha dejado de ser un planeta para pasar a ser un idem "enano". El día que me enteré quise fundar la Asociación en Defensa de Plutón como Planeta, Adeplupla. Y conste que la idea tuvo bastante acogida entre la familia y amigos, pero como siempre el proyecto acabó en el olvido.
Segunda, el verano, estupendo. Cádiz, sol, luz, playa, pinos, zapatillas, bicicletas, familia y amigos. Vino blanco Tierra Blanca fresquito para comer y gin-tonics alrededor de una charla por las noches. No se puede pedir más. Guillermo debutó como cantautor ante un público selecto y fue muy aplaudido. Su canción de las pijas, genial.
También menos lectura de la que hubiera querido, pero de pata negra, como los churros de la churrera de Conil. Terminé "Castellio contra Calvino (Conciencia contra violencia)", de Stefan Zweig. Lo recomiendo a todos los pro tolerantes, está de plena actualidad. Me entusiasmó tanto que contagié las ganas de leerlo a mi hermana Nuria y a su amiga (también nuestra) Celia, que se lo "robaba" para empaparse de "conciencia". Luego salté a Bolaño y sus "Detectives salvajes". Qué bueno es, cómo escribe de bien y qué novedosa estructura de novela consiguió el tío. Aquí estoy, de vuelta en Bruselas, terminándola. Algo también en francés, para no perder el idioma, el poco idioma que sé, ay Monterrosso, una biografía de, cómo no, Zweig, que me está gustando muchísimo. El tipo era depresivo que te mueres y llegó a tener fobia a hablar en público... y a las mujeres que le adoraban y admiraban y veían en él a los protagonistas de sus historias.
Y, last but not least, se me ha ido Naguib Mahfuz, a quien tanto he querido. Tanto y tanto he hablado de él, como ahora lo hago de Zweig, que recibí varias llamadas de consuelo como si yo misma formara ya parte de su familia. Y es que algo así debe ser. Si aún no habéis leído su Trilogía y queréis vivir la aventura de una familia egipcia durante algunas décadas históricas de ese maravilloso país, no os perdáis esas maravillosas obras.
Y por hoy ya está. Que sí, que además creo que un día de estos aprenderé a meter fotos en el blog, para los amigos noruegos. Un beso.

sábado, 29 de julio de 2006

Me voy de vacaciones

Hasta dentro de un mes. Me voy de vacaciones a un pinar al lado del mar con la familia y con Bolaño y Pamuk. Ya os contaré a la vuelta.

lunes, 24 de julio de 2006

Fin de semana en París

Con un poco de vergüenza por disfrutar de la vida cuando otros la pierden tan injustamente, diré que acabo de pasar un maravilloso fin de semana en París. Siguiendo la senda marcada por Enrique Vila-Matas en su "Doctor Pasavento", es decir, 31 rue Vaneau y toda su historia: la farmacia (donde también entramos a pedir aspirinas efervescentes), la embajada de Siria, la casa de Saint-Exupery, la de Gide, los policías y la vivienda del primer ministro, entre otros apuntes. Incluso pudimos continuar la historia del escritor pues el simpático recepcionista del hotel, al comentarle que habíamos escogido ese establecimiento tras la lectura de la obra del escritor, que además tenían expuesta en una de las vitrinas del hall de entrada, el recepcionista, digo, nos mostró encantado el libro que en ese momento leía, "París no se acaba nunca", precisamente de Vila-Matas , del que se mostró encantado.
Pero París dio de sí para otras muchas cosas en las que ya no estuvo tan presente el escritor: el maravilloso museo D'Orsay, los cafés de Flore y de Deux Magots, La Rotonde, el cementerio de Montparnasse (en donde dejamos nuestro particular homenaje sobre la tumba de Julio Cortázar), los paseos por el barrio latino y por las orillas del Sena y, por supuesto, la acertada recomendación de Nuria, el restaurante Allard.
La final del Tour, esa no la vimos. Pero a punto estuvimos de incluirla en nuestro tour particular.

jueves, 20 de julio de 2006

Lo que me gustaría

A mí me gustaría poderme sustraer de las noticias tan horrorosas que nos invaden todos los días, pero no puedo. Lo que yo hubiera querido es crear un blog donde el sentido del humor fuera tema primordial (hay tantas cosas chistosas que pasan al cabo del día, tantas cosas que me pasan de las que yo misma me río). Yo hubiera querido hablar de libros, de anécdotas. Me hubiera gustado encontrar mujeres y hombres con unos mismos gustos de lectura para compartir o no mismos autores y vivencias literarias. Me hubiera gustado reírme escribiendo cosas disparatadas, ser superficial, divertida y nada intelectual ni rollo ni nada de nada. Pero no puedo.

Beirut

Qué gran tragedia la del ser humano, incapaz de convivir, de dialogar, de vivir en paz. Qué vergüenza de mundo incapaz de levantar la voz, de decir basta. Así se debe escribir la historia. Pasados los años, se volverá a demostrar como otras muchas veces que el mundo siguió girando sin atender los gritos de auxilio y las injusticias. Y luego nuestros nietos y bisnietos nos mirarán como si fuéramos monstruos y se preguntarán cómo fuimos capaces de no hacer nada. Igual que yo me lo he preguntado muchas veces acusando con el dedo a otras gentes, otras sociedades y otros gobiernos que no hicieron nada en momentos históricos y dejaron a cientos, miles y millones de personas a la peor de sus suertes.
Uno piensa esto con un nudo en la garganta y luego tiene que seguir viviendo. Comprando el pan, riendo, quedando con los amigos o disfrutando del mar y la playa. ¿Hay algún médico que me lo pueda explicar?

martes, 4 de julio de 2006

El sueldo de Aznar

Ahora entiendo por qué un ex presidente de Gobierno decía las barbaridades que decía sin importarle haber sido lo que fue. Por dinero. Qué desfachatez.

Ese tipo llamado Buffett

La primera vez que me fijé en su nombre fue hace unos días. Aparecía en la última de El País (www.elpais.es) y era noticia porque iba a dar en vida una cantidad enorme de dinero (el 85 por ciento de su fortuna) a fundaciones de carácter benéfico. Es tanto dinero del que se va a desprender este señor que tuve que leer la noticia dos veces porque no me podía creer que ningún otro diario (español) la diera ese día ni que El Pais la enviara a la última, que suelen ser noticias más de tipo anecdótico. O sea que Buffett (siento mucho la incultura que me acompaña en asuntos de tipo empresarial y económico), el tal Buffett, digo, ha amasado una barbaridad de millones de dólares, los da en un acto de filantropía sin igual, y es una última o, para otros, ni siquiera fue noticia. Asombroso. A la fundación de Bill Gates (de ayuda a la infancia en África) le va a llegar una donación mayor que el presupuesto que tiene la ONU y no es anunciado a bombo y platillo. No sé en qué mundo vivo. Dicho esto, me parece una barbaridad ganar tanto, por lo que estoy de acuerdo en que es mejor pensar en morir pobre como Buffett y llevar un poco de esperanza a los más necesitados.
Debo reconocer que al día siguiente, o al siguiente, El Pais le dedicó varias páginas al tema con artículos de opinión incluidos. Como no podía ser menos.
Dos cosas más: Lieja, Nathalie y Stacy, un horror. Valencia, masacre en el metro, una tragedia.

El chupachups

Tan poco dados a la investigación en general ("que inventen ellos") y a los inventos en particular, si de algo nos hemos sentido sentido orgullosos cuando ha surgido la ocasión es de la "españolidad" de cosas tan útiles y magníficas como la fregona o el chupachups. Y mira tú que ayer me entero que un grupo italiano va a "chupar y tragarse" a la empresa española como si de una piruleta se tratara. Adiós chupachups, arrivederci. Te echaré de menos!!!!!!

martes, 27 de junio de 2006

La nieta del señor Linh

Hoy estoy disparada. Ya me iba, pero no quiero pasar por alto una novela pequeña, no más de cien páginas, pero una joya. Se trata de "La nieta del señor Linh", de Philippe Claudel. Una delicia. La empecé y la terminé ayer. Una preciosidad recomendada en este caso por Nuria, que a su vez le había sido recomendada por Lola, amiga común. Y como su lectura es un placer, aquí que la recomiendo yo. Hay otra novela de este autor, al que yo desconocía, que debe ser también digna de leer. Se llama "Almas grises", y yo, aprovechando que empiezo a entender bien el francés, la compraré en versión original. Ya os contaré.

El maestro y Margarita

Esta noche terminaré "El maestro y Margarita", una novela compleja y divertidísima de Mijaíl Bulgákov, en la que el amor, el diablo y Poncio Pilato se dan la mano y viven una aventura sorprendente y disparatada. El libro lo compré tras leer un comentario de Gregorio Morán en una de sus geniales "sabatinas intempestivas" que aparecen en La Vanguardia los sábados. Si por algo me gusta este periódico (www.lavanguardia.es) y especialmente los sábados es por Gregorio Morán y los análisis de Xavier Batalla. No sólo escriben muy bien sino y, sobre todo, tienen la capacidad de encontrar otros ángulos y ofrecérnoslos generosamente para que veamos un poco más allá de nuestras narices.

Al simpático comentarista

Estoy emocionada. He recibido un comentario, uno, UNO, UUUUUUUUUUUUUNO. Gran alegría al pulsar el botón para poder leerlo. ¿Quién será? ¿Quién habrá tenido las ganas y el tiempo para lanzar un mensaje? ¿Algún desconocido del otro lado del mundo, en los antípodas? ¿Qué dirá, qué le habrá llamado la atención para conseguir mandar un comentario en este blog? Ajajá, encontré pronto la respuesta. Evidentemente, me conoce, pensé. Y claramente no es de los de mi generación, que no saben cómo hacer los comentarios ("no puedo entrar", "hay que registrarse" o "a qué botón dices que hay que dar"). Y fue belga durante unos cuatro meses si mal no recuerdo. Pues bien, muchísimas gracias por dar este paso histórico y ser el primero en comentar este magnífico blog en el que luego todos querrán estar. Espero que esto sea el comienzo de una gran amistad.
Por cierto, el domingo, a la vuelta de Monschau, paramos a comer en Lieja, en un italiano de una calle céntrica peatonal, con un camarero -delgado, con coleta y menos dientes de los que serían deseables- que saludaba a todas las chicas que pasaban por la calle. Curiosa Lieja. Y, por supuesto, nos acordamos mucho de uno que fue belga unos meses.

lunes, 26 de junio de 2006

Monschau y el Alemania-Suecia

Este fin de semana nos fuimos a Monschau, un pequeño pueblecito alemán de unos 13.000 habitantes que se encuentra muy cerca de la frontera belga. El pueblo, que se libró de ser destruido en la segunda guerra mundial, es una preciosidad. Así que ya podemos decir eso de que hemos estado en Alemania durante el Mundial de Fútbol.
Es más, como no sólo le gusta a Alfonso y a Guillermo, sino que también nuestra hija Paula se ha aficionado de veras, pues, cómo no, vimos partido de fútbol. En Monschau, en el hotel que nos hospedábamos, ofrecían, con pantalla gigante, el Alemania-Suecia de octavos de final. Y allí que lo vimos con una cervecita, rodeados de alemanes y nosotros apoyando, también, a los de casa. Ganó 2-0 Alemania, así que todos contentos. Creo que éramos los únicos extranjeros en el salón de la TV, aunque en el hotel había también muchos moteros holandeses tipo rockeros que se vienen aquí huyendo de la planicie de su país.
Merece la pena visitar este pueblecito que se encuentra en lo profundo de un valle y rodeado de un río. En el diccionario ese tan maravilloso de Internet llamado Wikipedia aparece Monschau, pero sin versión castellana. Como me anime y aprenda cómo se hace -que esa es otra- incluyo información sobre el lugar.
Y me voy que tengo tropecientas cosas que hacer. No se me ha olvidado el incidente del metro. Lo contaré en la próxima. Saludos mil a Lavinia, si me lee desde Norega.

jueves, 22 de junio de 2006

No tengo tiempo

Ahora no puedo, es casi la hora de la cena, pero lo primero que tengo que escribir el próximo día es una experiencia en el metro que viví el martes 20. Creo que la voy a titular "ceder el asiento a Monterroso". No digo más.
Otra cosa, ayer fue el cumpleaños de mi hijo mayor. Quince años, quince. Es encantador y espero que la vida le sea dulce cuanto menos.

viernes, 16 de junio de 2006

Orkeny y la ignorancia

Realmente, me lo paso muy bien en las clases de francés que ya casi están acabando. Los últimos exámenes han consistido en una exposición sobre temas culturales por parte de los estudiantes. Y cual no ha sido mi sorpresa, cuando he comprobado el interés que existe por la literatura. Es verdad que los italianos Francesco, Remo, Irene hablaron de lugares turísticos, Venecia, Sicilia; que Liette nos puso al día sobre Portugal; que Dakota nos descubrió el Burning Man que se celebra en Black Rock Desert; es verdad que el joven ruso "Glebbe" nos puso al corriente del jugador Valerie Harlamor, otrora héroe ruso de hockey sobre hielo; pero otros muchos estudiantes (mujeres en su mayoría y tanto a su favor) han preparado sus exámenes en torno a la literatura.
Así, la húngara Maria habló de, si no los escribo de forma incorrecta, Endre Ady, Dezso Kosztolanyi, M. Babits, Miklós Radnoti e Istuán Orkeny, cuyo relato ofrecido por Maria al resto de los estudiantes, me encantó. Humor negro y absurdo. Y nos citó como contemporáneo a Gyorgy Faludy. Lamentablemente no he leído nada de ninguno, ni siquiera sé si existe alguna traducción al castellano.
La ucraniana Eugénie nos habló de la escritora Marina Tsvetaeva y otra chica rusa, cuyo nombre no recuerdo ahora, nos contó la historia autobiográfica que cuenta Taurguéniev en "Premier amour". Y la simpática Anetta Janoszuki nos habló un poco de los escritores polacos, tantos y tan buenos. Vergonzosamente, sólo me sonaba Czestaw Milosz. Ella citó a muchos más: Jan Kochanowski; Mikolaj Sep-Sarzynisky; Luggmunt Krasinski, Adam Mickiewiez, Mikolaj Rej (según Anetta, el padre de la literatura polaca), Glowacki, Sienkiewicz, Reymont, Szymborska...
Los españoles hablamos de Miguel Delibes, Torrente Ballester, Paco de Lucía, uno. Otra de Ausia March (Gandía, 1397.1459). Yo les conté lo que fue como institución y lo bien que se lo pasaron en la Residencia de Estudiantes el genial Buñuel, Lorca, Dalí y el maravilloso Pepín Bello. Y salí airosa (no obstante, recordaba "Mi último suspiro" y acababa de leer "El enigma sin fin").
Y ya esta dicho todo por hoy, viernes, fin de semana. Familia, así que no sé cuando volverá a mi ventana. Pues, eso, me voy a comer. Agur.

jueves, 15 de junio de 2006

Monterroso y el metro

Salía tan deprisa de casa para no llegar tarde a las clases de francés que, ya cuando estaba en el metro me di cuenta que había cogido, para leer entre estación y estación, un libro diferente al habitual, que en estos momentos es "La nieta del señor Linh", de Philippe Claudel (recomendado por Nuria, a través de Lola y vía SMS). Pues eso, cogí otro de los que tenemos encima de la mesa. No era de los míos, era de Alfonso.
Cuando esperaba en la estación de Montgomery comprobé que se trataba de las historias de Augusto Monterroso que, bajo el título "La vaca", ha publicado Alfaguara. Qué genial Monterroso. Tiene un pequeño relato, no más de cuatro páginas titulado "La metamorfosis de Gregor Mendel". He empezado por él porque ahí estaba colocada la señal de su último lector y ya no he podido parar de leer. Qué fácil parece escribir cuando se escribe tan bien. Pero además, qué satisfacción he hallado al comprobar que hasta los más ilustres cometen los mismos errores que la menda. Descubrir que Vargas Llosa se refirió al cuento brevísimo de Monterroso como "Cuando despertó, el unicornio todavía estaba allí" y que Carlos Fuentes habló de "ese cocodrilo que al despertar sigue allí"; esos pequeños errores, si lo fueron, digo, me han hecho cómplice de ellos y de Monterroso. Salvemos las distancias, pero yo he equivocado nombres de autores y de sus obras. Y no es una calamidad, ni es mi memoria. "En la literatura y en la vida los seres humanos y los animales cambian de forma y de ser (...) y, felizmente, pueden convivir, en la misma época o con diferencias de miles de años, en un sitio privilegiado desde el que salen una y otra vez a enfrentar el mundo: la poderosa imaginación de poetas y novelistas", dice Monterroso, "y demás gente moliente y corriente", añadiría yo. Gracias Monterroso.
Por cierto su cuento decía así: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Y en casa hubo sus discusiones no hace mucho porque no recordábamos bien si estaba o ya no estaba cuando despertó. O sea que tanta brevedad da mucho de sí.

martes, 13 de junio de 2006

Imre Kertész

Para los seguidores de este húngaro, deportado a Auschwitz y a Buchenwald, que fue premio Nobel de Literatura en 2002. Cuando yo andaba enfrascada en la "Memoria del ayer" de Stefan Zweig, que te planta con una visión sinigual en la Europa de las entreguerras, mi amigo Máximo me recomendó, entre otras, la obra "Sin destino" de Imre Kertész. Como es buen amigo y mejor lector, seguí su consejo y quedé impresionada de la historia personal sufrida por el escritor y de lo bien escrita y descrita que estaba. Poco después leí un relato de trenes contada por Kertész y otro escritor húngaro. No recuerdo ahora el título, pero creo que también fue publicada por Acantilado. Qué desasosiego. Ahí comprendí que Auschwitz no termina con la liberación de los prisioneros, sino que permanece a pesar de los años transcurridos. Recomiendo enormemente esta pequeña historia del tren. Es magnífica y demoledora.
Pero además, acabo de leer dos historias más de I.K. Una da título al libro y es "La bandera inglesa" (también en Acantilado), pero la que me ha impactado es "El buscador de huellas". Cómo describe su viaje a los lugares del pasado -el reconoce su propia vida en esas paredes mientras los turistas van y vienen-, la fábrica, el campo de concentración. Sus sentimientos. Su personal trabajo con el pasado. Es una historia que hay que leer si has leído y "te llegó muy dentro" su "Sin destino". Pues eso es todo. Agur.

Melissa nació en 1359

Este comentario se lo dedico a mi amigo Sisinio.
Melissa es una compañera de las clases de francés que nació en el año 1359. No, no es una errata. En el año solar 1359. Melissa es iraní y hoy nos ha explicado la fiesta del nuevo año iraní (nowrouz). Así, me he podido enterar de que los iraníes celebran fin de año el 21 de marzo. Melissa es joven, tiene creo 26 años y habla un francés correctísimo. El otro día también nos contó que para su madre, que me parece recordar era militar, lo único importante es que su hija estudie, estudie y estudie. Incluso ahora que vive tan lejos de Irán, que ya está casada y cuya meta por el momento es obtener un trabajo.
La celebración iraní es ciertamente diferente a la nuestra. El martes anterior al 21 de marzo conmemoran "la fête de chaharcharbeh zosri" si no me equivoco, y al día siguiente, la fiesta para los niños, "la fête de ghashogh zani". A los niños se les regala dinero, que guardan en la cartera durante todo un año porque según la tradición, quien guarda dinero durante ese tiempo no tendrá penurias económicas en el futuro. Bien mirado, es una tradición muy lógica.
En estas fechas, decoran la casa con Le Haftsin, una serie de productos a veces difíciles de encontrar como aceitunas secas, harina, menta, especies con gran simbolismo: riqueza, amor, paciencia, salud, belleza, primavera...; una decoración que no falta en ninguna casa como otros adornan la suya con el belén o el pino navideño. También colocan una naranja en agua, que simboliza la Tierra en el espacio.
El 20 de marzo, todos participan en la tradicional comida "Le sahipolo", que se caracteriza porque todos los platos son productos verdes: judias verdes, ensaladas, verduras...
Los iraníes se rigen con el calendario solar y no lunar, así que el 21 de marzo del 2003, por ejemplo, a las 2,41 de la madrugada, entraron en el año solar 1382. Las celebraciones terminan a los trece días, con Le 13 Bedar, en donde se gastan bromas y se liberan de la mala suerte para todo el año.
Con un calor bochornoso que para sí quisiera Madrid, escuchábamos esta mañana a Melissa con el interés de los niños cuando les muestran algo completamente desconocido. Todo nuevo para los italianos, para el joven ruso, para las tres polacas y para mí. Para nuestro conocimiento, Melissa ha venido a la clase con las especies y las aceitunas secas que tienen un nombre que no recuerdo y que, por supuesto el resto de la clase no había visto en su vida. La profesora, Maryline, incluso las ha probado antes de que Melissa comentara que sólo se utilizaban de adorno.
Una clase verdaderamente enriquecedora y divertida. Para envidia de mis queridos amigos.

lunes, 12 de junio de 2006

He cambiado la "Memoria"

He decidido cambiar el nombre del blog. La verdad es que "Memoria a memoria" hacía referencia de forma exclusiva a mi mala memoria, y surgió como un ejercicio de voluntad para no perderla, pero no creo que fuera muy atinado. Y como hoy estoy de buen humor, hete aquí que desde mi ventana veo pasear el gato, el gato de los vecinos, digo, que no nuestra gata minina, pequeñaja y gris que todavía casi no sabe trepar por los árboles.
Si tuviera tiempo, me dedicaría a leer otros blogs. Pero, por una parte, me parece que no me aportarían nada, con lo cual pensaría que es una pérdida de tiempo. Por otra, pienso que a lo mejor engancha y, entonces, dejaría de hacer otras cosas. Y llegados a este punto, creo que lo mismo, e incluso mucho más justificadamente, pueden llegar a pensar de esta "ventana". Qué tonterías pueden suponer para otros mis opiniones. Pues es verdad. Entonces, ¿por qué escribimos?
Yo creo que es una necesidad más primitiva, incluso una terapia. Uno escribe cosas personales -o no- , -yo lo he hecho toda mi vida-, con la sinceridad y valentía que te da la seguridad de la no propagación del escrito. Se pueden decir muchas barbaridades pues nadie te lee, pero de igual forma puedes ser más sincero que nunca pues tampoco tienes ninguna presión exterior que te haga ser comedido. No arriesgas tu reputación pues nadie te ha leído y nadie te señala, pero dices todo lo que piensas y ello te libera. Pero eres en el fondo cobarde porque escribir con nombre y apellidos implica una gran valentía. Y como no soy ni lo uno ni lo otro, este invento de internet me parece casi perfecto. Y aún incluso así, a la hora de escribir me mido.
Pero hay cosas, hechos y situaciones por las que uno debe apostar en la vida, con respeto, pero firmemente. Las había empezado a enumerar, pero son tantas que me parecía que las ninguneaba. Así que poco a poco irán apareciendo.
Una cosa más para terminar, no sé cómo el mundo no se para ante situaciones tan bochornosas como Guántanamo. ¿Cómo es posible que pasen y sigan pasando? Miles de gritos como el mío no se hacen oír. Qué papel más bochornoso jugaremos en la historia. Los nietos y bisnietos pensarán que cerramos los ojos antes los horrores de la guerra, como yo lo pienso ahora de otras guerras. Cuando entro en esta espiral, creo que me hundo.

domingo, 11 de junio de 2006

Fin de fin de semana

Hoy ha hecho un calor de morirse aquí en Bruselas, pero qué gozada ver el cielo azul azul.
Estoy alucinada ante la manifestación del sábado en Madrid. Primero, no entiendo muy bien el motivo. ¿Empezar desde cero el 11-M? Qué vergüenza me da. Cómo se puede manipular a la gente. Qué país.
Que quieran o no dialogar con Eta, que piensen que el Gobierno lo está haciendo mal, que quieran manifestarse por la gracia de dios o porque hace calor, vale, pero que busquen otra verdad del terrible 11-M, una supuesta trama rocambolesca, que intenten intoxicar y sembrar dudas y mentiras a todo lo largo y ancho del país sin pararse a pensar ni dos segundos dónde ha quedado la ética y la honradez, me parece lo más vil y canalla. Qué daño más gratuito y perverso. Qué gente!
Me voy, que no quiero indignarme más.

viernes, 9 de junio de 2006

Esbozo para un comentario más amplio

Hoy viene uno de nuestros mejores amigos a Bruselas, Félix. Cenaremos con él. De verdad que no tengo muchas responsabilidades y, a pesar de ello, no tengo tiempo para escribir, para escribir relajadamente quiero decir. Que no se me olvide hablar de la amistad en próximos comentarios.

jueves, 8 de junio de 2006

Hoy en mi clase de francés he estado reconociendo las diferentes nacionalidades. Es verdad que ya no somos muchos -estamos a final de curso y quieras que no se nota-, falta gente que viene de India, de Irán, de Canadá, de Italia. Mientras Sthefanie nos recordaba la caída del muro de Berlín y las dos Alemanias con las que ella vivió su infancia -y la mía-, me he percatado que la mitad de la clase proceden de países que en su día fueron comunistas: Humgría, Polonia, Checoslovaquia... Cómo cambia el mundo, a qué velocidad.

martes, 6 de junio de 2006

La política en España se deteriora cada día que pasa. Desde fuera da la impresión que el anuncio de paz posible y deseable no gusta al principal partido de la oposición y no por vaya usted a saber qué convicciones sino por pura estrategia electoral. Nos hemos vuelto locos los humanos. Da lo mismo que una idea sea buena para la mayoría. Hay que estar en contra porque eso es lo que vende, porque si no dime tú de qué íbamos a vivir. Pues eso.
La mala leche continua, persistente, sin respiro, sin gracia y sin salero. El insulto fácil, poco elegante, si es que el insulto puede llegar a serlo alguna vez, poco edificante. El lenguaje mentiroso, mentiroso y mentiroso empleado sin ningún tipo de decoro ni de vergüenza. Eso es lo que yo veo en el partido de la oposición que se está escorando que da miedo hacia la derecha más recalcitrante.
Y con ello no quiero decir que los demás sean los políticos ideales. No. Ya habrá tiempo otro día para mostrar mi opinión. Pero a mí me gusta la elegancia, la ironía, el saber estar, la estrategia bien entendida. Y de eso queda muy poco en el Congreso de los Diputados. Aunque haberlos haylos.

domingo, 4 de junio de 2006

Intermitencias de la muerte

El viernes terminé de leer "Intermitencias..." de Saramago. Me ha gustado mucho. Lo he leído a ratos y durante el día (no antes de dormir, como elijo otros). Así en el metro, en la Academia de Música, en la sala de espera del dentista, tiempos muertos para disfrutar de este encuentro con la "muerte", con ese país imaginario, con esos primeros ministros tan siniestros, con ese músico y su perro. Qué bien escribe Saramago, qué complicidad crea. Daba lo mismo dónde hubiera quedado el día anterior. Volvía a coger el libro, abría por la página que dejé a medias y otra vez caía imbuida en la atmósfera creada por Saramago. Casi podía sentir como la protagonista traspasaba los lugares e impregnaba la habitación con su no presencia. Me marcho a hacer la cena.

jueves, 1 de junio de 2006

Comida intercultural

Hoy he comido en casa de Kersty. Es una mujer sueca, simpática, positiva y con un carácter nada que ver con el tópico nórdico. Más bien, si seguimos con los tópicos, habría que decir que parece mediterránea, excepto su físico. Es muy simpática y nos ha preparado unos auténticos sandwiches con ensalada, salmón, paté y vino blanco. Tras los cristales que daban a uno y otro lado del salon-comedor-cocina, el cielo gris plomizo nos recordaba que aquí, en Bruselas, el tiempo es siempre motivo de conversación.
Varias nacionalidades alrededor de la mesa. Liette, portuguesa, Vassiliki, griega, Branca, macedonia e italiana. Parloteando en francés sobre los balcanes, sobre el futuro ingreso de Turquía en la Unión Europea, sobre teatro. Y finalmente sobre lo gratificante que es conocer a personas de otras partes del mundo. Risas en otra lengua diferente y común a todas. Qué fácil encontrar puntos comunes por los que afianzar una amistad.

miércoles, 31 de mayo de 2006

Aquí llueve a mares

Menudo comienzo de blog. Por lo pronto, puse de título la fecha que ya sale sin necesidad de advertirlo y encima me equivoqué y feché un día antes lo que en realidad ocurrió un día después. He estado a punto de cambiarlo hoy, de hacerme trampa a mí misma, pero finalmente decidí que los despistes también forman parte de mi personalidad, qué gaitas, que no tengo que dar cuentas a nadie de mis equivocaciones y más si son tan "perdonables" y tontas como ésta.
En fin, aquí estoy lanzando "a no se sabe dónde", "a no se sabe quién" estas líneas.
Por lo pronto, diré que no tengo mucho tiempo para escribir, que me faltan horas al día -supongo que como a casi todo el mundo- pero que desde ahora me propongo sentarme todos los días ante esta página aunque sólo sea para decir dos líneas o dos tonterías.
Y ahí van. Que sepáis que aquí, donde vivo ahora, no para de llover. Primera tontería, pero real como la vida misma.
Segunda, me voy a apagar el horno y vuelvo.
Ya volví. En fin, que más decir. Ah, sí. Mis lecturas. Ahora mismo, ando terminando "Intermitencias de la muerte" de Saramago; estoy a medias con "El maestro y Margarita" de Bulgákov y he empezado el retrato de "Vicente Rojo" que ha escrito su nieto, José Andrés Rojo. Recomiendo las tres. Qué gozada es leer, qué envidia (sana) comprobar qué facilidad tienen unos pocos elegidos para hacer música con las letras.
Otro día hablaré de algunos de mis autores favoritos: Zweig, Mahfuz... Ahora me voy a terminar de hacer la comida, que hoy mis hijos terminan el cole antes y además tiene que venir un técnico a arreglar un fuego de la vitrocerámica. Agur.

lunes, 29 de mayo de 2006

28 de mayo de 2006

Un día como otro cualquiera para empezar esta aventura. Pero ante la página en blanco, comienzan las dudas. O no. Por el momento aquí me quedo, observando cómo se crea este blog. Si lo viera mi abuelo, pensaría que es magia. Por el momento, me gustaría tomarme esta "memoria a memoria" como... no sé cómo todavía. ¿Lo que pienso mejor que lo que pasa? ¿Lo que pasa mejor que lo que pienso? ¿Con humor para llevar mejor el día? ¿Habrá alguien que finalmente quede interesado por estas letras birriosas, he de reconocer, en este primer contacto? En cuanto me ordene la cabeza, comienzo.