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martes, 27 de junio de 2006

La nieta del señor Linh

Hoy estoy disparada. Ya me iba, pero no quiero pasar por alto una novela pequeña, no más de cien páginas, pero una joya. Se trata de "La nieta del señor Linh", de Philippe Claudel. Una delicia. La empecé y la terminé ayer. Una preciosidad recomendada en este caso por Nuria, que a su vez le había sido recomendada por Lola, amiga común. Y como su lectura es un placer, aquí que la recomiendo yo. Hay otra novela de este autor, al que yo desconocía, que debe ser también digna de leer. Se llama "Almas grises", y yo, aprovechando que empiezo a entender bien el francés, la compraré en versión original. Ya os contaré.

El maestro y Margarita

Esta noche terminaré "El maestro y Margarita", una novela compleja y divertidísima de Mijaíl Bulgákov, en la que el amor, el diablo y Poncio Pilato se dan la mano y viven una aventura sorprendente y disparatada. El libro lo compré tras leer un comentario de Gregorio Morán en una de sus geniales "sabatinas intempestivas" que aparecen en La Vanguardia los sábados. Si por algo me gusta este periódico (www.lavanguardia.es) y especialmente los sábados es por Gregorio Morán y los análisis de Xavier Batalla. No sólo escriben muy bien sino y, sobre todo, tienen la capacidad de encontrar otros ángulos y ofrecérnoslos generosamente para que veamos un poco más allá de nuestras narices.

Al simpático comentarista

Estoy emocionada. He recibido un comentario, uno, UNO, UUUUUUUUUUUUUNO. Gran alegría al pulsar el botón para poder leerlo. ¿Quién será? ¿Quién habrá tenido las ganas y el tiempo para lanzar un mensaje? ¿Algún desconocido del otro lado del mundo, en los antípodas? ¿Qué dirá, qué le habrá llamado la atención para conseguir mandar un comentario en este blog? Ajajá, encontré pronto la respuesta. Evidentemente, me conoce, pensé. Y claramente no es de los de mi generación, que no saben cómo hacer los comentarios ("no puedo entrar", "hay que registrarse" o "a qué botón dices que hay que dar"). Y fue belga durante unos cuatro meses si mal no recuerdo. Pues bien, muchísimas gracias por dar este paso histórico y ser el primero en comentar este magnífico blog en el que luego todos querrán estar. Espero que esto sea el comienzo de una gran amistad.
Por cierto, el domingo, a la vuelta de Monschau, paramos a comer en Lieja, en un italiano de una calle céntrica peatonal, con un camarero -delgado, con coleta y menos dientes de los que serían deseables- que saludaba a todas las chicas que pasaban por la calle. Curiosa Lieja. Y, por supuesto, nos acordamos mucho de uno que fue belga unos meses.

lunes, 26 de junio de 2006

Monschau y el Alemania-Suecia

Este fin de semana nos fuimos a Monschau, un pequeño pueblecito alemán de unos 13.000 habitantes que se encuentra muy cerca de la frontera belga. El pueblo, que se libró de ser destruido en la segunda guerra mundial, es una preciosidad. Así que ya podemos decir eso de que hemos estado en Alemania durante el Mundial de Fútbol.
Es más, como no sólo le gusta a Alfonso y a Guillermo, sino que también nuestra hija Paula se ha aficionado de veras, pues, cómo no, vimos partido de fútbol. En Monschau, en el hotel que nos hospedábamos, ofrecían, con pantalla gigante, el Alemania-Suecia de octavos de final. Y allí que lo vimos con una cervecita, rodeados de alemanes y nosotros apoyando, también, a los de casa. Ganó 2-0 Alemania, así que todos contentos. Creo que éramos los únicos extranjeros en el salón de la TV, aunque en el hotel había también muchos moteros holandeses tipo rockeros que se vienen aquí huyendo de la planicie de su país.
Merece la pena visitar este pueblecito que se encuentra en lo profundo de un valle y rodeado de un río. En el diccionario ese tan maravilloso de Internet llamado Wikipedia aparece Monschau, pero sin versión castellana. Como me anime y aprenda cómo se hace -que esa es otra- incluyo información sobre el lugar.
Y me voy que tengo tropecientas cosas que hacer. No se me ha olvidado el incidente del metro. Lo contaré en la próxima. Saludos mil a Lavinia, si me lee desde Norega.

jueves, 22 de junio de 2006

No tengo tiempo

Ahora no puedo, es casi la hora de la cena, pero lo primero que tengo que escribir el próximo día es una experiencia en el metro que viví el martes 20. Creo que la voy a titular "ceder el asiento a Monterroso". No digo más.
Otra cosa, ayer fue el cumpleaños de mi hijo mayor. Quince años, quince. Es encantador y espero que la vida le sea dulce cuanto menos.

viernes, 16 de junio de 2006

Orkeny y la ignorancia

Realmente, me lo paso muy bien en las clases de francés que ya casi están acabando. Los últimos exámenes han consistido en una exposición sobre temas culturales por parte de los estudiantes. Y cual no ha sido mi sorpresa, cuando he comprobado el interés que existe por la literatura. Es verdad que los italianos Francesco, Remo, Irene hablaron de lugares turísticos, Venecia, Sicilia; que Liette nos puso al día sobre Portugal; que Dakota nos descubrió el Burning Man que se celebra en Black Rock Desert; es verdad que el joven ruso "Glebbe" nos puso al corriente del jugador Valerie Harlamor, otrora héroe ruso de hockey sobre hielo; pero otros muchos estudiantes (mujeres en su mayoría y tanto a su favor) han preparado sus exámenes en torno a la literatura.
Así, la húngara Maria habló de, si no los escribo de forma incorrecta, Endre Ady, Dezso Kosztolanyi, M. Babits, Miklós Radnoti e Istuán Orkeny, cuyo relato ofrecido por Maria al resto de los estudiantes, me encantó. Humor negro y absurdo. Y nos citó como contemporáneo a Gyorgy Faludy. Lamentablemente no he leído nada de ninguno, ni siquiera sé si existe alguna traducción al castellano.
La ucraniana Eugénie nos habló de la escritora Marina Tsvetaeva y otra chica rusa, cuyo nombre no recuerdo ahora, nos contó la historia autobiográfica que cuenta Taurguéniev en "Premier amour". Y la simpática Anetta Janoszuki nos habló un poco de los escritores polacos, tantos y tan buenos. Vergonzosamente, sólo me sonaba Czestaw Milosz. Ella citó a muchos más: Jan Kochanowski; Mikolaj Sep-Sarzynisky; Luggmunt Krasinski, Adam Mickiewiez, Mikolaj Rej (según Anetta, el padre de la literatura polaca), Glowacki, Sienkiewicz, Reymont, Szymborska...
Los españoles hablamos de Miguel Delibes, Torrente Ballester, Paco de Lucía, uno. Otra de Ausia March (Gandía, 1397.1459). Yo les conté lo que fue como institución y lo bien que se lo pasaron en la Residencia de Estudiantes el genial Buñuel, Lorca, Dalí y el maravilloso Pepín Bello. Y salí airosa (no obstante, recordaba "Mi último suspiro" y acababa de leer "El enigma sin fin").
Y ya esta dicho todo por hoy, viernes, fin de semana. Familia, así que no sé cuando volverá a mi ventana. Pues, eso, me voy a comer. Agur.

jueves, 15 de junio de 2006

Monterroso y el metro

Salía tan deprisa de casa para no llegar tarde a las clases de francés que, ya cuando estaba en el metro me di cuenta que había cogido, para leer entre estación y estación, un libro diferente al habitual, que en estos momentos es "La nieta del señor Linh", de Philippe Claudel (recomendado por Nuria, a través de Lola y vía SMS). Pues eso, cogí otro de los que tenemos encima de la mesa. No era de los míos, era de Alfonso.
Cuando esperaba en la estación de Montgomery comprobé que se trataba de las historias de Augusto Monterroso que, bajo el título "La vaca", ha publicado Alfaguara. Qué genial Monterroso. Tiene un pequeño relato, no más de cuatro páginas titulado "La metamorfosis de Gregor Mendel". He empezado por él porque ahí estaba colocada la señal de su último lector y ya no he podido parar de leer. Qué fácil parece escribir cuando se escribe tan bien. Pero además, qué satisfacción he hallado al comprobar que hasta los más ilustres cometen los mismos errores que la menda. Descubrir que Vargas Llosa se refirió al cuento brevísimo de Monterroso como "Cuando despertó, el unicornio todavía estaba allí" y que Carlos Fuentes habló de "ese cocodrilo que al despertar sigue allí"; esos pequeños errores, si lo fueron, digo, me han hecho cómplice de ellos y de Monterroso. Salvemos las distancias, pero yo he equivocado nombres de autores y de sus obras. Y no es una calamidad, ni es mi memoria. "En la literatura y en la vida los seres humanos y los animales cambian de forma y de ser (...) y, felizmente, pueden convivir, en la misma época o con diferencias de miles de años, en un sitio privilegiado desde el que salen una y otra vez a enfrentar el mundo: la poderosa imaginación de poetas y novelistas", dice Monterroso, "y demás gente moliente y corriente", añadiría yo. Gracias Monterroso.
Por cierto su cuento decía así: "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí". Y en casa hubo sus discusiones no hace mucho porque no recordábamos bien si estaba o ya no estaba cuando despertó. O sea que tanta brevedad da mucho de sí.

martes, 13 de junio de 2006

Imre Kertész

Para los seguidores de este húngaro, deportado a Auschwitz y a Buchenwald, que fue premio Nobel de Literatura en 2002. Cuando yo andaba enfrascada en la "Memoria del ayer" de Stefan Zweig, que te planta con una visión sinigual en la Europa de las entreguerras, mi amigo Máximo me recomendó, entre otras, la obra "Sin destino" de Imre Kertész. Como es buen amigo y mejor lector, seguí su consejo y quedé impresionada de la historia personal sufrida por el escritor y de lo bien escrita y descrita que estaba. Poco después leí un relato de trenes contada por Kertész y otro escritor húngaro. No recuerdo ahora el título, pero creo que también fue publicada por Acantilado. Qué desasosiego. Ahí comprendí que Auschwitz no termina con la liberación de los prisioneros, sino que permanece a pesar de los años transcurridos. Recomiendo enormemente esta pequeña historia del tren. Es magnífica y demoledora.
Pero además, acabo de leer dos historias más de I.K. Una da título al libro y es "La bandera inglesa" (también en Acantilado), pero la que me ha impactado es "El buscador de huellas". Cómo describe su viaje a los lugares del pasado -el reconoce su propia vida en esas paredes mientras los turistas van y vienen-, la fábrica, el campo de concentración. Sus sentimientos. Su personal trabajo con el pasado. Es una historia que hay que leer si has leído y "te llegó muy dentro" su "Sin destino". Pues eso es todo. Agur.

Melissa nació en 1359

Este comentario se lo dedico a mi amigo Sisinio.
Melissa es una compañera de las clases de francés que nació en el año 1359. No, no es una errata. En el año solar 1359. Melissa es iraní y hoy nos ha explicado la fiesta del nuevo año iraní (nowrouz). Así, me he podido enterar de que los iraníes celebran fin de año el 21 de marzo. Melissa es joven, tiene creo 26 años y habla un francés correctísimo. El otro día también nos contó que para su madre, que me parece recordar era militar, lo único importante es que su hija estudie, estudie y estudie. Incluso ahora que vive tan lejos de Irán, que ya está casada y cuya meta por el momento es obtener un trabajo.
La celebración iraní es ciertamente diferente a la nuestra. El martes anterior al 21 de marzo conmemoran "la fête de chaharcharbeh zosri" si no me equivoco, y al día siguiente, la fiesta para los niños, "la fête de ghashogh zani". A los niños se les regala dinero, que guardan en la cartera durante todo un año porque según la tradición, quien guarda dinero durante ese tiempo no tendrá penurias económicas en el futuro. Bien mirado, es una tradición muy lógica.
En estas fechas, decoran la casa con Le Haftsin, una serie de productos a veces difíciles de encontrar como aceitunas secas, harina, menta, especies con gran simbolismo: riqueza, amor, paciencia, salud, belleza, primavera...; una decoración que no falta en ninguna casa como otros adornan la suya con el belén o el pino navideño. También colocan una naranja en agua, que simboliza la Tierra en el espacio.
El 20 de marzo, todos participan en la tradicional comida "Le sahipolo", que se caracteriza porque todos los platos son productos verdes: judias verdes, ensaladas, verduras...
Los iraníes se rigen con el calendario solar y no lunar, así que el 21 de marzo del 2003, por ejemplo, a las 2,41 de la madrugada, entraron en el año solar 1382. Las celebraciones terminan a los trece días, con Le 13 Bedar, en donde se gastan bromas y se liberan de la mala suerte para todo el año.
Con un calor bochornoso que para sí quisiera Madrid, escuchábamos esta mañana a Melissa con el interés de los niños cuando les muestran algo completamente desconocido. Todo nuevo para los italianos, para el joven ruso, para las tres polacas y para mí. Para nuestro conocimiento, Melissa ha venido a la clase con las especies y las aceitunas secas que tienen un nombre que no recuerdo y que, por supuesto el resto de la clase no había visto en su vida. La profesora, Maryline, incluso las ha probado antes de que Melissa comentara que sólo se utilizaban de adorno.
Una clase verdaderamente enriquecedora y divertida. Para envidia de mis queridos amigos.

lunes, 12 de junio de 2006

He cambiado la "Memoria"

He decidido cambiar el nombre del blog. La verdad es que "Memoria a memoria" hacía referencia de forma exclusiva a mi mala memoria, y surgió como un ejercicio de voluntad para no perderla, pero no creo que fuera muy atinado. Y como hoy estoy de buen humor, hete aquí que desde mi ventana veo pasear el gato, el gato de los vecinos, digo, que no nuestra gata minina, pequeñaja y gris que todavía casi no sabe trepar por los árboles.
Si tuviera tiempo, me dedicaría a leer otros blogs. Pero, por una parte, me parece que no me aportarían nada, con lo cual pensaría que es una pérdida de tiempo. Por otra, pienso que a lo mejor engancha y, entonces, dejaría de hacer otras cosas. Y llegados a este punto, creo que lo mismo, e incluso mucho más justificadamente, pueden llegar a pensar de esta "ventana". Qué tonterías pueden suponer para otros mis opiniones. Pues es verdad. Entonces, ¿por qué escribimos?
Yo creo que es una necesidad más primitiva, incluso una terapia. Uno escribe cosas personales -o no- , -yo lo he hecho toda mi vida-, con la sinceridad y valentía que te da la seguridad de la no propagación del escrito. Se pueden decir muchas barbaridades pues nadie te lee, pero de igual forma puedes ser más sincero que nunca pues tampoco tienes ninguna presión exterior que te haga ser comedido. No arriesgas tu reputación pues nadie te ha leído y nadie te señala, pero dices todo lo que piensas y ello te libera. Pero eres en el fondo cobarde porque escribir con nombre y apellidos implica una gran valentía. Y como no soy ni lo uno ni lo otro, este invento de internet me parece casi perfecto. Y aún incluso así, a la hora de escribir me mido.
Pero hay cosas, hechos y situaciones por las que uno debe apostar en la vida, con respeto, pero firmemente. Las había empezado a enumerar, pero son tantas que me parecía que las ninguneaba. Así que poco a poco irán apareciendo.
Una cosa más para terminar, no sé cómo el mundo no se para ante situaciones tan bochornosas como Guántanamo. ¿Cómo es posible que pasen y sigan pasando? Miles de gritos como el mío no se hacen oír. Qué papel más bochornoso jugaremos en la historia. Los nietos y bisnietos pensarán que cerramos los ojos antes los horrores de la guerra, como yo lo pienso ahora de otras guerras. Cuando entro en esta espiral, creo que me hundo.

domingo, 11 de junio de 2006

Fin de fin de semana

Hoy ha hecho un calor de morirse aquí en Bruselas, pero qué gozada ver el cielo azul azul.
Estoy alucinada ante la manifestación del sábado en Madrid. Primero, no entiendo muy bien el motivo. ¿Empezar desde cero el 11-M? Qué vergüenza me da. Cómo se puede manipular a la gente. Qué país.
Que quieran o no dialogar con Eta, que piensen que el Gobierno lo está haciendo mal, que quieran manifestarse por la gracia de dios o porque hace calor, vale, pero que busquen otra verdad del terrible 11-M, una supuesta trama rocambolesca, que intenten intoxicar y sembrar dudas y mentiras a todo lo largo y ancho del país sin pararse a pensar ni dos segundos dónde ha quedado la ética y la honradez, me parece lo más vil y canalla. Qué daño más gratuito y perverso. Qué gente!
Me voy, que no quiero indignarme más.

viernes, 9 de junio de 2006

Esbozo para un comentario más amplio

Hoy viene uno de nuestros mejores amigos a Bruselas, Félix. Cenaremos con él. De verdad que no tengo muchas responsabilidades y, a pesar de ello, no tengo tiempo para escribir, para escribir relajadamente quiero decir. Que no se me olvide hablar de la amistad en próximos comentarios.

jueves, 8 de junio de 2006

Hoy en mi clase de francés he estado reconociendo las diferentes nacionalidades. Es verdad que ya no somos muchos -estamos a final de curso y quieras que no se nota-, falta gente que viene de India, de Irán, de Canadá, de Italia. Mientras Sthefanie nos recordaba la caída del muro de Berlín y las dos Alemanias con las que ella vivió su infancia -y la mía-, me he percatado que la mitad de la clase proceden de países que en su día fueron comunistas: Humgría, Polonia, Checoslovaquia... Cómo cambia el mundo, a qué velocidad.

martes, 6 de junio de 2006

La política en España se deteriora cada día que pasa. Desde fuera da la impresión que el anuncio de paz posible y deseable no gusta al principal partido de la oposición y no por vaya usted a saber qué convicciones sino por pura estrategia electoral. Nos hemos vuelto locos los humanos. Da lo mismo que una idea sea buena para la mayoría. Hay que estar en contra porque eso es lo que vende, porque si no dime tú de qué íbamos a vivir. Pues eso.
La mala leche continua, persistente, sin respiro, sin gracia y sin salero. El insulto fácil, poco elegante, si es que el insulto puede llegar a serlo alguna vez, poco edificante. El lenguaje mentiroso, mentiroso y mentiroso empleado sin ningún tipo de decoro ni de vergüenza. Eso es lo que yo veo en el partido de la oposición que se está escorando que da miedo hacia la derecha más recalcitrante.
Y con ello no quiero decir que los demás sean los políticos ideales. No. Ya habrá tiempo otro día para mostrar mi opinión. Pero a mí me gusta la elegancia, la ironía, el saber estar, la estrategia bien entendida. Y de eso queda muy poco en el Congreso de los Diputados. Aunque haberlos haylos.

domingo, 4 de junio de 2006

Intermitencias de la muerte

El viernes terminé de leer "Intermitencias..." de Saramago. Me ha gustado mucho. Lo he leído a ratos y durante el día (no antes de dormir, como elijo otros). Así en el metro, en la Academia de Música, en la sala de espera del dentista, tiempos muertos para disfrutar de este encuentro con la "muerte", con ese país imaginario, con esos primeros ministros tan siniestros, con ese músico y su perro. Qué bien escribe Saramago, qué complicidad crea. Daba lo mismo dónde hubiera quedado el día anterior. Volvía a coger el libro, abría por la página que dejé a medias y otra vez caía imbuida en la atmósfera creada por Saramago. Casi podía sentir como la protagonista traspasaba los lugares e impregnaba la habitación con su no presencia. Me marcho a hacer la cena.

jueves, 1 de junio de 2006

Comida intercultural

Hoy he comido en casa de Kersty. Es una mujer sueca, simpática, positiva y con un carácter nada que ver con el tópico nórdico. Más bien, si seguimos con los tópicos, habría que decir que parece mediterránea, excepto su físico. Es muy simpática y nos ha preparado unos auténticos sandwiches con ensalada, salmón, paté y vino blanco. Tras los cristales que daban a uno y otro lado del salon-comedor-cocina, el cielo gris plomizo nos recordaba que aquí, en Bruselas, el tiempo es siempre motivo de conversación.
Varias nacionalidades alrededor de la mesa. Liette, portuguesa, Vassiliki, griega, Branca, macedonia e italiana. Parloteando en francés sobre los balcanes, sobre el futuro ingreso de Turquía en la Unión Europea, sobre teatro. Y finalmente sobre lo gratificante que es conocer a personas de otras partes del mundo. Risas en otra lengua diferente y común a todas. Qué fácil encontrar puntos comunes por los que afianzar una amistad.