Etiquetas

martes, 27 de junio de 2006

Al simpático comentarista

Estoy emocionada. He recibido un comentario, uno, UNO, UUUUUUUUUUUUUNO. Gran alegría al pulsar el botón para poder leerlo. ¿Quién será? ¿Quién habrá tenido las ganas y el tiempo para lanzar un mensaje? ¿Algún desconocido del otro lado del mundo, en los antípodas? ¿Qué dirá, qué le habrá llamado la atención para conseguir mandar un comentario en este blog? Ajajá, encontré pronto la respuesta. Evidentemente, me conoce, pensé. Y claramente no es de los de mi generación, que no saben cómo hacer los comentarios ("no puedo entrar", "hay que registrarse" o "a qué botón dices que hay que dar"). Y fue belga durante unos cuatro meses si mal no recuerdo. Pues bien, muchísimas gracias por dar este paso histórico y ser el primero en comentar este magnífico blog en el que luego todos querrán estar. Espero que esto sea el comienzo de una gran amistad.
Por cierto, el domingo, a la vuelta de Monschau, paramos a comer en Lieja, en un italiano de una calle céntrica peatonal, con un camarero -delgado, con coleta y menos dientes de los que serían deseables- que saludaba a todas las chicas que pasaban por la calle. Curiosa Lieja. Y, por supuesto, nos acordamos mucho de uno que fue belga unos meses.

No hay comentarios: